Pies estilizados y muy delicados caminan directamente hacia la habitación. La tensión en sus músculos y tendones son una clara evidencia acerca de su intención de no hacer ningún tipo de ruido. Las horas de la mañana han llegado a la ciudad de Nueva York, y las pantorrillas bien formadas de una mujer avanzan por el pasillo del departamento de un afortunado que ha tenido la posibilidad de llevar a la cama a esta exuberante rubia. Su caminar es frágil, delicado y muy calculado, su intento de no generar ningún tipo de sonido que revele su posición, hace que su desplazamiento sea prácticamente imperceptible al oído humano. Se sujeta de las paredes para mantener el equilibrio, ya que, camina de puntillas intentando no despertar a su anfitrión. Esta chica ha pasado la noche junto a un hombre completamente soñado, quién le ha hecho el amor de una manera espectacular durante horas, dejándola completamente agotada. Después de ir hasta la cocina y tomar un poco de agua, la chica regresa a la habitación para perderse nuevamente entre las sábanas blancas desordenadas pertenecientes a la cama de Adrián. Este codiciado millonario ha tenido la posibilidad de acceder a la mujer que desee sin importar cuán la dificultad quiera poner de por medio. Siempre logra sus objetivos, nunca se rinde en medio de una sesión de seducción, lo que lo convierte en un hombre con una extensa experiencia en el ámbito de la seducción y el erotismo. La mente de Adrián es completamente inquieta, generalmente se encuentra en medio de la elaboración de una nueva fantasía que cumplir, ya que, un hombre con sus recursos y su aspecto, tiene la facilidad de acceder a cualquier mujer en el momento que le plazca. Este aún se encuentra completamente dormido, ya que, su desempeño durante la noche ha sido completamente seccional. Ha dado lo mejor de sí mismo para dejar satisfecha a esta mujer, quien es la primera vez que ha compartido con él en este contexto. Su cuerpo se encuentra completamente desnudo bajo las sábanas. Una porción de tela cubre su genital, algo que poco le importa, ya que, es un hombre que se siente absolutamente orgulloso de cada uno de los atributos que la naturaleza le ha proporcionado. Duros entrenamientos en el gimnasio, largas rutinas boxeo y artes marciales, ha generado que el cuerpo de Adrián sea completamente espectacular y deseable. Músculos de roca, fibra completamente pura, un bajo porcentaje de grasa y un bronceado perfecto hacen que este hombre sea completamente deseable al estar sin una prenda de vestir. La rubia llega hasta el marco de la puerta y se sostiene para contemplar la imagen completamente perfecta que proyecta su anfitrión. Se detiene a verlo, y al notar que está completamente dormido, bajo un profundo sueño, la chica semidesnuda, quien lleva una camisa de él, camina nuevamente hacer la cama, deshaciéndose de la prenda de vestir, la cual cae al suelo mientras la chica aparta las sábanas para introducirse en los brazos de este hombre. — Buenos días, hermosa. — Dijo Adrián mientras había levemente sus ojos al sentir la perturbación en la cama. — No quería despertarte, lamento haberlo hecho, debes estar agotado. — La verdad es que la noche fue intensa. Solo dormiré un par de horas más y estaré como nuevo. — No estoy segura de que realmente quieras seguir durmiendo después de lo que haré. — Sorpréndeme.

— Dijo Adrián. La chica se introdujo bajo las sábanas, y mientras el afortunado millonario aún mantenía sus ojos cerrados, sintió como esta comenzó acariciar su miembro de una manera bastante sutil. Rozaba con sus uñas medianamente largas la base de su pene, mientras que, hacía uso de su lengua para estimular y lubricar sus testículos. La joven succionaba con mucho cuidado para no arruinar el momento, mientras utilizaba sus delicadas manos para proveer a Adrián de un placer completamente excepcional. La lengua de la chica se paseaba de un lado al otro, acariciando sus testículos y generando un leve cosquilleo que viajaba por todo el cuerpo de este adormecido hombre. Quería despertar y tomar a la chica para follarla, pero esta había decidido estimularlo completamente a él, dedicándose absolutamente a su único objetivo, que se corriera como nunca antes. Nunca había demasiado sexo para Adrián, quien era un hombre que estaba acostumbrado a ser tratado como un rey. Esta mujer simplemente había hecho su trabajo de compensar su falta de interés durante la noche anterior, donde se había sentido un poco tímida y cohibida durante la acción. Después de haber trabajado con Adrián durante un par de años, nunca se imaginó que su jefe terminaría follándola como una de sus amantes en su departamento ubicado en uno de los edificios más imponentes de la ciudad de Nueva York. Adrián había perdido el control durante la noche anterior luego de una cena de negocios, cuando su asistente lo acompañaría directamente hasta su coche. Allí, en el estacionamiento subterráneo del edificio, ninguno de los dos había podido contrarrestar el efecto del licor que había comenzado a actuar en su sangre. dos botellas de champán habían sido terminadas durante la reunión, por lo que, el ardiente deseo que sentía la rubia por su jefe fue completamente incontenible. Después de besarse apasionadamente sobre la tapa delantera del coche, habían entrado directamente al vehículo y se habían trasladado al departamento de Adrián. El desarrollo de aquella escena había sido completamente improvisado e inesperado. Ni siquiera la chica, quien lo había pensado en tantas oportunidades y había fantaseado con él, imagino que terminaría completamente desnuda follando en el piso de la sala para luego ser llevada a la habitación. Eran dos personas solteras, sin ningún tipo de compromisos, pero había una pequeña falla en el sistema, ya que, Adrián no estaba acostumbrado a vincularse sentimentalmente con nadie. Generalmente, solía escapar de este tipo de compromisos, no le gustaba relacionarse demasiado en serio con las mujeres, ya que, sabía que tarde o temprano esto terminaba en graves problemas. Solía cambiar rápidamente de parejas, y tan sólo 15 días había sido el récord máximo que había compartido con una mujer en especial. Había copiado el esquema de su padre, de quien había heredado este imperio, quien había sido un completo infiel y un patán con las mujeres. Adrián sabía perfectamente que llegaría el momento en el cual comenzaría a sufrir las consecuencias de comportarse como todo un Casanova, ya que, en el momento en que una mujer realmente tocara su corazón, posiblemente este comenzaría a sufrir los daños que él mismo había generado en algún punto. Su vida había sido una montaña rusa, dedicada exclusivamente a disfrutarla y a experimentar nuevas vivencias y experiencias. Los deportes extremos, las mujeres, los restaurantes lujosos y los viajes de negocios ocupaban la mayor parte de la vida de Adrián Levy, quien era reconocido en todo el país por ser uno de los jóvenes empresarios más exitosos en los últimos años. El éxito de la corporación de su padre se había disparado enormemente luego de la participación de este joven de 25 años, quien siempre había sido su estimado por el viejo Marvin. Siempre había tenido participación secundaria en la compañía, pero luego de la muerte de su padre, este había tomado la dirección de la empresa, convirtiendo a este edificio en uno de los más lujosos y más imponentes de toda la ciudad. Se preocupaba por cada uno de sus empleados, lo que lo hacía ser un hombre muy querido y admirado por muchos.

Cosechar enemigos era muy fácil teniendo un éxito como el de Adrián, pero este, nunca se había preocupado demasiado por cuidar su espalda. No había hecho daño a nadie, no había generado despidos injustificados en su corporación y mucho menos había robado un solo centavo, lo que lo hacía tener una conciencia completamente tranquila y una reputación transparente. La vida de Adrián se mantenía a un ritmo estable, enfocado únicamente en sus intereses, evitando que se entes externos modificaran sus proyecciones y trataran de guiarlo hacia un punto indeseable. Visualizarse con una familia, hijos y una vida tradicional era algo que llenaba a Adrián de una ansiedad tremenda, ya que, sentía que desde ninguna perspectiva estaba preparado para esto. Aquella mujer había sido simplemente un objeto de entretenimiento para aquel día, ya que, luego de haber compartido una cena de negocios donde había terminado todo un éxito, era momento de festejar. Siempre se había percatado de las curvas de su asistente, la había visto como una potencial posibilidad de diversión, pero sabía perfectamente que, si perdía a alguien como Cynthia de su lado, su vida se convertiría en un completo caos. Todo su itinerario, reuniones, organizaciones y compromisos eran manejados por esta chica, por lo que, siempre se mantenía el respeto en la parte profesional debido a que no podía arriesgarse a perder un elemento tan fundamental como esta rubia en su vida. Esta había llegado a perder las esperanzas de poderse ir a la cama algún día con este hombre, a quien conocía como un completo conquistador que tenía una debilidad demasiado grande por las mujeres. Cynthia tenía algunos episodios de baja autoestima, ya que, no entendía cómo era posible que este hombre no se fijara en ella. Pero aquella noche, su sueño, su mayor ilusión, se había hecho realidad, logrando descubrir que este hombre era un completo salvaje en la cama, con todo el buen sentido de la palabra. La joven de 22 años, había acumulado una excelente experiencia a lo largo de su trayectoria laboral, pero Adrián nunca dejaría de sorprenderla, ya que, en su vida personal, aquella noche también le había arrebatado algo muy preciado para ella. En medio del alcohol, la excitación, y la lujuria, Adrián había perdido por completo la noción y el control de sus actos. Ni siquiera se había percatado de que la chica era absolutamente virgen, algo que podría convertirse en un verdadero problema si esta tomaba muy en serio el vínculo. Cynthia había entregado a su jefe lo más especial y lo más preciado que tenía en su ser, su virginidad. Era la primera vez que había estado con un hombre, había sido entregada al millonario empresario, quien ahora disfrutaba de una sesión de sexo oral completamente magnífica en las primeras horas del día. La cabeza de Cynthia se mantenía oculta bajo las sábanas. Esta preferiría que fuese así para evitar un poco la vergüenza, ya que, no se sentía muy familiarizada con este hombre, pero lo deseaba de una manera demente. Quería que fuese inolvidable, por lo que, tantas escenas que había visto en pornografía, habían servido como una especie de referencia para la joven, quien comenzó a succionar de una manera exquisita el miembro de este caballero. La rigidez de aquel enorme miembro de 18 cm había comenzado a aumentar progresivamente. Pasó de un estado de flacidez absoluto natural en un hombre dormido, a ser tan rígido como una roca. La chica lo sujetaba desde la base, masturbaba al hombre mientras este simplemente dibujada una sonrisa en su rostro de satisfacción al saber que estaba proporcionando a la chica lo que ella deseaba. Este no había hecho la solicitud, ni siquiera había abierto la boca para tratar de sugerir absolutamente nada vinculado al sexo. Sólo podría haber una explicación para la reacción de la chica, y era que la noche anterior debió haber sido realmente significativa para ella. Adrián había olvidado parcialmente todo lo que había ocurrido, pero algunas imágenes llegan a su mente, algo que realmente le hacía sentir muy satisfecho. Disfruta de la sesión de sexo oral proporcionada por esta mujer, quien poco a poco va perdiendo la vergüenza y ganando mucha más confianza.

Lo que había comenzado con movimientos inseguros y completamente inexpertos, se habían convertido en una relación profesional, donde la chica utilizaba todo su talento para hacer que este hombre se corriera en el interior de su boca. Movía su cabeza con mucha naturalidad, mientras hablábamos haciendo el trabajo de estimular el glande del caballero. Su lengua complementaba de manera magistral las los estímulos, por lo que, Adrián simplemente cierra sus ojos y coloca las manos debajo de la almohada resto de trajes cabeza. Está completamente satisfecha, y sus movimientos complementan los comienzos de la chica. Este, intentando controlarse, trata de no correrse tan pronto, pero la sensibilidad está realmente expuesta, y es difícil controlarse al tener una mujer tan exuberante como está tratando de extraer hasta la última gota de semen de su interior. — ¿Te gusta lo que hago? — Preguntó la chica al hacer una pausa. — Sigue, no te detengas. Eres maravillosa… — Susurró Adrián Esto dio pie a la chica para continuar con el acto, por lo que, esta dirigió a su lengua hacia la base del miembro, se paseó sobre los testículos y fue directamente a la región anal de Adrián, quien se sintió un poco me incómodo en un inicio. Esta mujer estaba completamente decidida a explorar todos los territorios de este hombre, quien, siendo un completo conquistador, estaba acostumbrado a recibir tratos de este tipo parte de las mujeres. Nunca se imaginó que Cynthia fuese tan apasionada, pero debería mantener el control, ya que, si su relación laboral comenzaba a ver si afectada por el vínculo sentimental o físico, muy pronto tendría que comenzar la búsqueda de su reemplazo. La chica lo estimuló tanto como pudo durante algunos minutos, logrando su cometido final. Adrián se corrió de una manera apoteósica sobre su lengua, proporcionándole este fluido exquisito, el cual fue demorado por la chica si ningún tipo de pudor. Lamía cada partícula de semen que había quedado sobre el miembro, mientras Adrián trataba de relajarse nuevamente después de un orgasmo exquisito proporcionado por la inexperta chica. Esta, tratando de obtener su porción de pastel, se había ubicado sobre el rostro de aquel hombre, quien comenzó estimularla con su lengua, mientras sujeta con sus manos a la chica, quien apoya a sus manos en la pared para moverse de una manera constante, frota su clítoris contra los labios de Adrián, quien se degustaba con los fluidos de la chica, quien se sacudía rostro sobre su cara. El orgasmo no tardaría demasiado en llegar, y cuando llegó el momento de la explosión interna de la chica, esta comenzó a temblar de una manera descontrolada, quedando completamente debilitada ante el esfuerzo físico que había tenido que imprimir para llegar a este punto del clímax. Adrián la había dejado satisfecha una vez más, pero esta, sabiendo que esta relación no podía seguir avanzando o se vería en riesgo su trabajo, prefirió comportarse como las típicas mujeres que solían irse a la cama con Adrián. — ¿Por qué te vistes? ¿A dónde vas? — Preguntó el empresario. — Tengo algunos asuntos que atender, y muchos de ellos tienen que ver contigo. Me encantaría quedarme entre tus brazos, pero no es mi estilo. — Dijo Cynthia. Tenía que asumir esta posición si no se quería ver involucrada en una dinámica donde quedaría como una tonta enamorada e ilusionada con un hombre acostumbrado a aventuras de una noche. Era la primera vez que una mujer abandonaba su habitación tan rápido después de una sesión de sexo. Esto, lo tranquilizó enormemente, ya que, sabía que no tendría que ser él precisamente quien desilusionaría esta joven con alguna frase inadecuada o algún comentario desilusionador. Su vida era simplemente la que quería, había planes que estaba a punto de ejecutar para seguir incrementando su imperio, no podía evitar sentir un vacío en el pecho que quedaba luego de que se alejaba de sus compañeras temporales. En este caso, Cynthia simplemente haya sido parte de esa colección de chicas que estaban acostumbradas a irse a la cama con él, pero de nuevo la soledad lo invadía, y aunque se sentía parcialmente tranquilo con esto, era inevitable pensar y que tarde o temprano todo este esquema de vida de soltero empedernido acabaría.

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