debeleer.com >>> chapter1.us
La dirección de nuestro sitio web ha cambiado. A pesar de los problemas que estamos viviendo, estamos aquí para ti. Puedes ser un socio en nuestra lucha apoyándonos.
Donar Ahora | Paypal


Como Puedo Descargar Libros Gratis Pdf?


Moll Flanders – Daniel Defoe

Es tal la cantidad de novelas y ficciones que en estos últimos tiempos ha invadido el mundo que resulta difícil que pueda tenerse por real una historia en la que no se dan los nombres verdaderos y las demás circunstancias de la protagonista. Por esta razón tenemos que dejar que cada lector forme su propia opinión sobre lo que vamos a relatar en las páginas que siguen y que acoja el relato como mejor le plazca. En esta historia se supone que la propia autora es quien la relata y en las primeras páginas expone las razones por las que considera conveniente ocultar su nombre real. Después de esta aclaración no hay ya ocasión de volver sobre ello. Es muy cierto que las palabras originales de la historia han sido cambiadas, como también ha sido ligeramente alterado el estilo propio de la famosa señora de quien se habla aquí. En general, se ha hecho que contara su historia con palabras mucho más moderadas de las que había usado, ya que el original recibido había sido escrito en un lenguaje más propio de quien sigue aún en Newgate que de quien ha sido tocado por el arrepentimiento y la humildad, como ella pretende que le ha sucedido posteriormente. La tarea de terminar esta historia y hacer de ella lo que el lector puede apreciar no ha sido nada fácil para el que la ha emprendido, puesto que ha tenido que vestirla de forma conveniente y ponerla en lenguaje apto para ser leído. Cuando una mujer disoluta desde su juventud y, aún más, salida de la corrupción y el vicio se aviene a relatar todas sus prácticos viciosas y llega incluso a descender a las ocasiones y circunstancias especiales que la llevaron a la maldad y a su progresión en el crimen durante más de medio siglo, el autor se ve apurado para darle una forma tal que no pueda nunca ser fuente de enseñanzas perjudiciales, especialmente para los posibles lectores viciosos. No obstante, se ha tenido el mayor cuidado posible para evitar que en esta nueva versión de la historia se deslizara alguna imagen lujuriosa o resultara alguna situación inmoderada, ni siquiera en sus peores muestras de expresión. Con este objeto, algunas de las partes viciosas de su vida que no podían contarse en lenguaje moderado han sido suprimidas y otras han quedado muy reducidas. Se espera que lo que resta, no pueda ofender al más casto de los lectores ni al más moderado de los oyentes, y como que de la peor historia se puede lograr el mejor provecho, esperamos que el sentido de la moral hará que el lector conserve su seriedad, incluso en aquellos momentos en que la historia pueda predisponerle a lo contrario. Para poder contar la historia de una vida reprobable, tocada luego por el arrepentimiento, es completamente necesario que la parte de maldad sea representada tan mala como lo comporte la historia real, a fin de que pueda realzarse y dar un sentido de belleza a la parte del arrepentimiento, que es, ciertamente, la mejor y la más brillante, si se relata con el mismo espíritu y viveza. Se dice que, al relatar la parte del arrepentimiento, no puede haber la misma viveza, la misma brillantez y belleza que cuando se relata la parte criminal. Si algo hay de verdad en este aserto, debe permitírseme que replique que es debido a que no se lee con el mismo gusto y fruición y es ciertamente demasiada verdad que la diferencia no corresponde tanto al valor real del sujeto como al gusto y al paladar del lector. Pero como esta obra se recomienda especialmente a los que saben cómo leerla y cómo sacar de ella aquel provecho que se les recomienda en toda historia, confiamos que estos lectores quedarán más complacidos con la moraleja que con la fábula, con la aplicación que con la relación y con el final del escritor más que con la vida de la persona sobre la cual se escribe. Abundan en esta historia los incidentes llenos de deleite y a todos ellos se les ha dado una aplicación provechosa. Éste es un giro agradable que se les da artificiosamente al relatarlos, con lo cual se consigue instruir naturalmente al lector ya sea en un sentido u otro. La primera parte de la vida lujuriosa de la protagonista con el joven caballero de Colchester contiene muchas facetas acertadas, en las que el crimen queda expuesto y se previene a los que se encuentran en circunstancias que pudieran resultar similares, del final desastroso de tales situaciones, así como de la conducta loca, desatinada y aborrecible de ambas partes, lo cual compensa sobradamente la descripción vívida que hace la protagonista de su locura y de su perversidad. El arrepentimiento de su amante en la Bath [1] y cómo la alarma justificada, por el síntoma de enfermedad que padeció, le llevó a abandonarla. La justa advertencia que aquí se da, incluso sobre las intimidades más legitimas de los amigos más queridos, incapaces de guardar las resoluciones virtuosas más solemnes, sin ayuda divina, todas ellas son partes que, a un discernimiento justo, han de parecerle mucho más bellas que la concatenación amorosa de la historia que les sirve de introducción. En una palabra, como todo el relato ha sido cuidadosamente cribado para librarlo de la lenidad y la relajación que pudiera contener, resulta aplicado por entero y muy cuidado a efectos virtuosos y religiosos. Nadie puede, pues, hacerlo objeto de reproche alguno, como tampoco puede reprochar nuestra intención al publicarlo, sin incurrir en una injusticia manifiesta. En todas las épocas, los defensores del teatro han hecho de éste el gran argumento para persuadir al público de que sus representaciones son útiles y, por tanto, deberían ser permitidas por todos los Gobiernos, por más civilizados y religiosos que fuesen, es decir, que están aplicadas a propósitos virtuosos y que por más vívidas que sean las representaciones, no dejan de recomendar la virtud y los buenos principios y condenar y dejar expuestos toda clase de vicios y corrupción de costumbres, y de ser verdad que lo hacen cosa básica en la representación teatral, mucho ha de decirse en su favor. Este libro, en toda su variedad, se ciñe estrictamente a esta base fundamental. No hay acción malvada en ninguna parte del mismo a la que no se dé, al principio y al final, carácter de infelicidad y desdicha, no sale a escena ningún villano superlativo que no tenga un fin desgraciado o termine penitente; no se menciona una cosa mala sin que la acompañe la condenación oportuna en el mismo relato, como tampoco nada virtuoso que no lleve consigo su justa alabanza.


¿Qué podría adaptarse mejor a la regla fijada para recomendar incluso aquellas representaciones a las que tantas objeciones justas se les puede oponer, tales como, por ejemplo, malas compañías, lenguaje obsceno y otras por el estilo? Sobre esta base, este libro se recomienda al lector como un trabajo en cuyas partes hallará una enseñanza y podrá extraer referencias justas y religiosas que le proporcionarán una instrucción acertada, si quiere hacer uso de ellas. Todas las hazañas de esta dama famosa y sus depredaciones son otros avisos para que la gente honrada desconfíe de ella y descubra los métodos utilizados para engañar, saquear y robar a los inocentes y, por consiguiente, la manera de evitarlos. Su robo a un niño inocente que la vanidad de la madre había vestido de gala para así asistir a la escuela de danza es un buen memento para gentes en el futuro, como lo es también el robo del reloj de oro de la señorita en el parque. Obtener de una moza de la central de coches de St. John’s con sesos de mosquito que le entregara un paquete ajeno, el botín logrado en el incendio y la repetición del hecho en Harwich son excelentes avisos para que, en casos por el estilo, estemos más atentos a posibles sorpresas de toda clase. Su dedicación final a una vida más sobria y laboriosa en Virginia, al lado del deportado que había sido su esposo, es un relato altamente instructivo para todas aquellas criaturas desgraciadas que se ven obligadas a rehacer su vida en el extranjero, ya sea por deportación u otro motivo cualquiera, enseñándoles que el trabajo y la aplicación tienen su debida recompensa, incluso en las partes más remotas del mundo y que ninguna situación puede ser tan baja, despreciable y desprovista de perspectivas como para impedir que un trabajo incansable pueda hacer mucho para liberarnos de tal condición y, con el tiempo, levantar a la criatura más mezquina para que pueda aparecer nuevamente en el mundo, dándole un nuevo papel en el teatro de la vida. Éstas son algunas de las ideas profundas que este libro puede sugerirnos y las hay suficientemente sobradas para justificar que todo hombre pueda recomendarlo y, sobre todo, para justificar su publicación. Después de este relato, quedan aún dos historias entre las más bellas, de las que aquí sólo se da alguna noción, sin entrar en detalles, pues son en verdad demasiado largas para darles cabida en el mismo volumen y, realmente, puedo decir que cada una constituye por sí sola un volumen entero, a saber, la vida de su «institutriz», como ella la llama, que, según parece, en pocos años había pasado por los grados eminentes de dama, prostituta y alcahueta, o sea, lo que se llama también comadre y amparo de parteras, prestamista, traficante de menores, encubridora de ladrones, receptora de las «compras» de los ladrones, o sea de géneros robados, y, en suma, ladrona también ella e instructora de ladrones y, a pesar de todo, penitente al final. La segunda es la vida de su marido deportado, un salteador de caminos, que, según parece, durante doce años se dedicó con éxito a cometer toda clase de villanías por donde iba, y tuvo aún la suerte de salir bien librado al final, puesto que marchó como desterrado voluntario y no como convicto. Su vida ofrece una variedad increíble. Pero, como he dicho antes, las dos vidas son demasiado extensas para tener cabida aquí y ni siquiera puedo prometer que salgan más adelante. En realidad, no podemos decir que esta historia alcance hasta el fin de la vida de la famosa Moll Flanders, como ella misma se denomina, ya que nadie puede escribir su propia vida hasta el fin, a menos que le fuere dado hacerlo después de muerto. Pero la vida de su esposo, escrita por una tercera persona, es un relato completo de los dos, del tiempo que vivieron juntos en aquel país y de cómo volvieron a Inglaterra, después de ocho años, durante los cuales amasaron una gran fortuna, y donde vivió ella según parece, hasta una edad muy avanzada, sin ser una penitente tan extraordinaria como lo era al principio. Lo que sí parece cierto es que siempre habló con horror de su vida de antaño y de todos sus lances. Muchas cosas placenteras sucedieron en la última etapa, en Maryland y en Virginia, y que hacen que esta parte de su vida resulte muy agradable; sin embargo, no están contadas con la misma elegancia que las que ella misma relata. Esto es un motivo más para que terminemos aquí

.

Declaración Obligatoria: Como sabe, hacemos todo lo posible para compartir un archivo de decenas de miles de libros con usted de forma gratuita. Sin embargo, debido a los recientes aumentos de precios, tenemos dificultades para pagar a nuestros proveedores de servicios y editores. Creemos sinceramente que el mundo será más habitable gracias a quienes leen libros y queremos que este servicio gratuito continúe. Si piensas como nosotros, haz una pequeña donación a la familia "BOOKPDF.ORG". Gracias por adelantado.
Qries

Descargar PDF

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

bookpdf.org | Cuál es mi IP Pública | Free Books PDF | PDF Kitap İndir | Telecharger Livre Gratuit PDF | PDF Kostenlose eBooks | Baixar Livros Grátis em PDF |