debeleer.com >>> chapter1.us
La dirección de nuestro sitio web ha cambiado. A pesar de los problemas que estamos viviendo, estamos aquí para ti. Puedes ser un socio en nuestra lucha apoyándonos.
Donar Ahora | Paypal


Como Puedo Descargar Libros Gratis Pdf?


La vida negociable – Luis Landero

Señores, amigos, cierren sus periódicos y sus revistas ilustradas, apaguen sus móviles, pónganse cómodos y escuchen con atención lo que voy a contarles. Cuando yo era adolescente, cuando apenas sabía nada del mundo de los mayores ni tenía clara conciencia del bien y del mal, e ignoraba por tanto de qué manera prodigiosa puede llegar uno a convertirse en un momento, quizá sin advertirlo, como en un cara o cruz, en un canalla o en un santo, un día mi madre me llevó con ella a un lugar secreto, y yo supe que era secreto porque eso fue lo primero que me dijo en cuanto llegamos allí. Tú eres capaz de guardar un secreto, ¿no? Por supuesto, dije yo. ¿Seguro? Piénsalo bien antes de responder. Seguro. Pues escucha bien lo que voy a decirte y no lo olvides nunca. Lo que voy a decirte es un secreto entre tú y yo, y por nada del mundo debes contárselo a nadie, por nada del mundo, ¿me oyes?, y menos que nadie a tu padre, que bastante tiene ya el pobre con lo suyo para que encima sufra todavía más por mí. Y me hizo jurar que no quebrantaría jamás aquel secreto. Júramelo, me dijo. Di: Que me muera de repente y me vaya de cabeza al infierno para toda la eternidad si le cuento a nadie mi secreto. Y yo lo juré exactamente así, en solemne posición de firmes, sobrecogido por la emoción de llegar a ser dueño de un secreto de mayores por primera vez en mi vida, vestido con un abrigo azul y aterido de frío, y mirando fijamente a mi madre, que se había inclinado hacia mí para tomarme el juramento, y que tenía una cara anhelante de súplica, como si más que a un hijo se dirigiera a un juez implorando clemencia. Yo entonces ignoraba que las cosas grandes y decisivas, esas que atribuimos pomposamente al destino o a la necesidad, tienen su origen casi siempre en episodios insignificantes y hasta ridículos, y desde luego casuales, y eso fue lo que nos pasó esa tarde a mi madre y a mí. Esa tarde, como tantas otras, cuando mi madre se disponía a salir de casa (me voy al cine, a un concierto, a una exposición, a una conferencia, a dar un paseo, solía decir, ya lista para trasponer la puerta), mi padre se removió en lo remoto de su mundo y dijo: Clara, cariño, hace muy mal tiempo, anuncian vientos y nevadas, y pronto empezará a oscurecer. Quizá sea bueno que te acompañe Huguito. Y yo, que estaba sentado en el salón, castigado a estudiar y es de suponer que perdido en algún vago ensueño, antes de que mi madre tuviese tiempo de decir nada, me levanté y en un instante me puse el abrigo y las botas, pero con las prisas ni mi madre ni yo nos acordamos de la bufanda y de los guantes. Tomamos un taxi y nos bajamos en un lugar céntrico, no muy lejos de la Plaza Mayor. A partir de ahí, la memoria se pierde en una maraña de calles brillantes de lluvia y luces de neón. Fue un trayecto absurdo y febril, porque tres, cuatro y hasta cinco veces, pasamos ante la misma tienda de sombreros o ante el mismo monumento ecuestre, ante una castañera que era la viva estampa de todas las generaciones de castañeras que se han sucedido en Madrid desde el principio de los tiempos, embutida en muchos y diversos ropones, junto a las brasas del hornillo, como una deidad protectora del humilde fuego de los pobres y desamparados, bajamos por escaleras que parecían conducir a lóbregas mazmorras medievales, y al rato salimos a una plaza donde brillaban y parpadeaban las luces de colores de la Navidad, pasamos bajo los mismos soportales, atravesamos varias veces la misma glorieta, siempre deprisa, muy deprisa, casi corriendo a veces, sin rumbo, sí, pero con una determinación que no admitía dudas, y eso es lo que le daba a aquella marcha su carácter absurdo.

.

Declaración Obligatoria: Como sabe, hacemos todo lo posible para compartir un archivo de decenas de miles de libros con usted de forma gratuita. Sin embargo, debido a los recientes aumentos de precios, tenemos dificultades para pagar a nuestros proveedores de servicios y editores. Creemos sinceramente que el mundo será más habitable gracias a quienes leen libros y queremos que este servicio gratuito continúe. Si piensas como nosotros, haz una pequeña donación a la familia "BOOKPDF.ORG". Gracias por adelantado.
Qries

Descargar PDF

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

bookpdf.org | Cuál es mi IP Pública | Free Books PDF | PDF Kitap İndir | Telecharger Livre Gratuit PDF | PDF Kostenlose eBooks | Baixar Livros Grátis em PDF |