debeleer.com >>> chapter1.us
La dirección de nuestro sitio web ha cambiado. A pesar de los problemas que estamos viviendo, estamos aquí para ti. Puedes ser un socio en nuestra lucha apoyándonos.
Donar Ahora | Paypal


Como Puedo Descargar Libros Gratis Pdf?


La escapada – Christie Golden

Todo el trabajo de traducción, maquetación, revisión y montado de este libro ha sido realizado por admiradores de Star Wars y con el único objetivo de compartirlo con otros hispanohablantes. Ninguno de nosotros nos dedicamos a esto de manera profesional, ni esperamos recibir compensación alguna excepto, tal vez, algún agradecimiento si pensáis que lo merecemos. Este libro digital se encuentra disponible de forma gratuita en el Grupo Libros de Star Wars. Este trabajo se proporciona de forma gratuita para uso particular. Puedes compartirlo con tus amigos si la legislación de tu país así lo permite y bajo tu responsabilidad. Pero por favor, no estafes a nadie vendiéndolo. Todos los derechos pertenecen a Lucasfilms Ltd. & ™. Todos los personajes, nombres y situaciones son exclusivos de Lucasfilms Ltd. Se prohíbe la venta parcial o total de este material. Visítanos para enviar comentarios, críticas, agradecimientos o para encontrar otros libros en: Nuestro grupo yahoo http://espanol.groups.yahoo.com/group/libros_starwars/ En el foro de Star Wars Radio Net: http://foro.swradionet.com/index.php O en el Blog de Javi-Wan Kenobi: http://relatosstarwars.blogspot.com.es/ ¡Que la Fuerza os acompañe! El grupo de libros Star Wars LA ESCAPADA DE CHRISTIE GOLDEN, CON ILUSTRACIONES DE JOE CORRONEY Todavía creo que podríamos haber tenido una luna de miel más agradable en Hapes —dijo Jagged Fel. Él y su vieja amiga y nueva esposa, la Maestra Jaina Solo, estaban en un pequeño y brillante yate estelar SoroSuub clase Horizonte y, actualmente, las estrellas eran su única compañía —. En algún lugar… tranquilo, donde pudiéramos relajarnos. Ya sabes, eso que nunca parecemos capaces de hacer. —Te estoy dejando pilotar, ¿no? —dijo Jaina. —Tú no encuentras eso relajante.


—. en realidad no. —Exactamente lo que quiero decir. No sé porqué te dejé convencerme de que ir a hacer senderismo a un planeta remoto era una idea mejor que sentarnos en una bonita playa bajo la luz de la luna con unas copas en la mano. —No te preocupes, podrás hacer el vago —dijo Jaina—. Vamos a hacer senderismo a este planeta glorioso y primitivo durante unos cuantos días. Y luego vamos a Hapes y no hacemos nada. —Podríamos hacer senderismo en las primitivas tierras salvajes de Hapes. —No es lo mismo. Creí que dijiste que querías escapar de todo. —Quería decir escapar de las responsabilidades, no de las sani-duchas. —Te prometo que retozaremos durante varios días cuando volvamos. —Te tomaré la palabra. Prefiero pasar la mayor parte de mi tiempo retozando contigo de puertas adentro. Él le dirigió una sonrisa maliciosa. La desinformación, el engaño y la elección precisa del momento habían estado involucrados en esta pequeña «escapada». Karn Valenti, con el nombre en clave «Escultura», y Lina Zek, «Curvada», habían sido presionados de nuevo para que sirvieran como dobles de Jag y Jaina y actualmente estaban en Hapes, manteniéndose justo lo suficiente a plena vista como para mantener en marcha la ilusión y nada más. —Lo espero con impaciencia —dijo Jaina—. Pero tengo una confianza total en que Pharika se asegurará de que tenemos una visita maravillosa y memorable a las ruinas. Jag hizo una mueca. —Dos son compañía, tres son… —Hizo una pausa. Jaina se encogió en su interior, comprendiendo que él estaba a punto de descubrirla—. Vale, Jaina. ¿Cuál es la auténtica razón por la que querías ir a hacer senderismo a Sakuub? —Bueno —empezó ella—, el senderismo realmente es espléndido. Cuando entras en la zona rural se supone que es maravilloso.

Y bueno. Él guardó silencio, esperando pacientemente. Le salió de golpe. —Hay unas ruinas antiguas allí conocidas como el Templo del Cielo de Karsol que, hasta donde puedo decir, nunca han sido exploradas por los Jedi. Quiero inspeccionarlas y ver si pueden ser posiblemente unas ruinas Jedi perdidas, o si tienen más información sobre Abeloth para el futuro. Jag emitió el suspiro de alguien de quien se están aprovechando mucho. —¿Por qué simplemente no te dejo allí y me voy a tomar unas copas al garito local hasta que tú hayas terminado? —Porque quiero besarte cuando salga la luna. —Oh. Vale. ¿Tengo que besar también a Pharika? Jaina le dio un puñetazo juguetón. —No —añadió entonces, sólo para asegurarse. Jag se rió. Jaina dejó el asiento del copiloto y subió al regazo de él. —Empecemos a retozar ahora mismo —dijo ella. —Estoy pilotando una nave —dijo Jag. Ella le besó durante un largo momento. La voz de él era ligeramente vacilante cuando habló—. Bueno, supongo que puedo poner el piloto automático. —Sabia elección —murmuró ella, sonriendo contra los labios de él mientras le besaba de nuevo. El solitario hangar en la única ciudad importante de Sakuub era uno de los más tristes que Jag había visto jamás. Su brillante yate plateado destacaba deslumbrante entre las naves desvencijadas, parcheadas y envejecidas en compañía de las cuales estaba. Algunas de estas naves podrían haber sido antigüedades. Sin embargo, la mayoría de ellas estaban en ese área gris entre ser demasiado viejas para estar de moda y demasiado nuevas para tener otro valor. Él se fijó en una nave que le refrescó la memoria, pero no pudo colocarla exactamente. —¿Ves? —dijo Jaina—.

Realmente nos estamos escapando de todo. Jag empezó a decir algo sobre la nave que había atraído su mirada, pero fue interrumpido. —Disculpen. Se volvieron para ver a un joven sakuubiano aproximándose a ellos. Era humanoide, con su cara ancha y azul mostrando la cresta distintiva de su raza. Mientras que su túnica difícilmente era de última moda, era nueva, limpia y de aspecto profesional y sus cuatro cuernos estaban limpiamente afilados hasta formar puntas elegantes. —¿Son Ven y Kara Tumak? —preguntó. Ellos asintieron y él alargó una mano de tres dedos. No dio señales de reconocer que los nombres eran falsos—. Soy Dular. ¡Bienvenidos a Sakuub! Pharika me envió a saludarles. Tengo que llevarles a nuestro mercado local, donde ella discutirá su próximo viaje a nuestro famoso Templo del Cielo, les ayudará a seleccionar unas cuantas cosas finales y les enseñará el mercado, que ha estado funcionando de manera continua desde hace siglos y es una atracción turística muy popular. Recitó la información con el entusiasmo de alguien que ha memo-rizado algo recientemente y desea mostrarlo. Y pareció ligeramente decepcionado cuando ellos le miraron inexpresivamente. —¡Oh, el mercado! —exclamó finalmente Jaina—. Por supuesto, nos encantaría verlo. Jag la miró inquisitivamente, cuando Dular se volvió para dirigirles hacia un viejo deslizador. Ella se encogió de hombros y movió los labios para decir «no lo sé». Él ahogó una sonrisa. Dular era bastante agradable y charló amigablemente mientras les llevaba a través de una parte de la ciudad tan andrajosa como el espaciopuerto. Las vías empezaron a estrecharse y a volverse más congestionadas cuando entraron en lo que claramente era el distrito histórico de Sakuub. Era pequeño, pintoresco y colorido. Y ruidoso. —Les dejaré aquí. Pharika les estará esperando en Los Hongos Excelentes de Shuku, en el cruce entre la Calle Alta y el Camino del Río, dos de las calles principales de la Ciudad Vieja, donde se encuentran todos los puestos de comida.

—Apuntó calle abajo—. Volveré en dos horas para llevarles a su hotel. ¡Disfruten de la tarde! Les dijo adiós con la mano vivazmente. Ellos también le hicieron gestos con la mano. —¿Al hotel? —preguntó Jag cuando comenzaron a caminar por la calle pavimentada de piedra—. ¿Así que vamos a tener al menos una noche en una cama? —Pensé que podrías apreciar eso. Él la atrajo hacia él y la besó. —Por supuesto que sí. Y ahora… a encontrar a Pharika. Serpentearon entre la multitud, que parecía tan alegre como ruidosa. Dado que ninguno de ellos era particularmente alto, ver los puestos de comida de delante demostró ser un pequeño desafío. Jag había visto de refilón lo que pensó que era un carrito de hongos cuando Jaina de repente se paró de golpe a su lado. Su cabeza se había vuelto bruscamente hacia atrás y su cara se había quedado congelada. —¿Qué pasa? —preguntó él, presionando su boca cerca de la oreja de ella para que le oyera. Ella negó con la cabeza. —No lo sé. Es sólo un mal presentimiento. —Contigo, los malos presentimientos no son tan simples. —No pasa nada. No estamos en peligro. Al menos no inmediatamente. —Qué tranquilizador. —Su tono implicaba cualquier cosa menos eso—. Encontremos a nuestra guía. Como había prometido Dular, de pie junto a «Los Hongos Excelentes de Shuku» había una sakuubiana alta y ágil que parecía la «guía nativa» de la cabeza a los pies.

Mientras que Dular había parecido de alguna manera blando y orgulloso de su vestimenta relativamente pulcra, Pharika llevaba ropas simples y funcionales y sus brazos eran anchos debido a los músculos. Ella les saludó con la mano mientras se abrían camino hacia ella. —Ustedes son Ven y Kara —dijo ella, estrechándoles las manos como había hecho Dular. Su apretón fue tan fuerte que Jag luchó contra la urgencia de flexionar la mano después—. Confío en que Dular cuidara bien de ustedes. —Sí —dijo Jaina—. Encantada de conocerla, Pharika. Pharika indicó una línea aparentemente infinita de carritos. —Pensé que antes de que nos embarcáramos en nuestro viaje hacia el Templo del Cielo, podrían disfrutar viendo otra parte de nuestra historia. El mercado es famoso en este sector. Es el lugar perfecto para encontrar un souvenir de su visita. Y algo de comida deliciosa que podemos consumir mientras vamos de excursión. Pharika habló sobre la historia del mercado mientras echaban un vistazo. Jag había pensado que se aburriría como un tonto, pero el mercado realmente parecía tener artículos únicos y los sakuubianos eran un pueblo jovial. Descubrió que se lo estaba pasando bien. Jaina, sin embargo, no pareció relajarse nunca por completo. Él sabía que si ella sintiera peligro, se lo diría, simple y llanamente, así que no estaba preocupado por una amenaza inmediata. Sin embargo, sí era consciente de que ella parecía distraída y a menudo la encontró mirando a su alrededor. En cierto momento, sus ojos se encontraron y Jaina inclinó su cabeza oscura hacia la derecha. Jag se volvió justo a tiempo para ver de refilón una cola fea y marrón grisácea deslizándose hacia uno de los callejones. Un hutt. Asintió casi imperceptiblemente. El «mal presentimiento» de ella se había explicado ahora. Pharika pareció no haberse dado cuenta del intercambio, pasándoles en su lugar un chal de lana de phulla tejido a mano. Ellos pasaron sus dedos sobre el material suave y teñido de colores vibrantes.

.

Declaración Obligatoria: Como sabe, hacemos todo lo posible para compartir un archivo de decenas de miles de libros con usted de forma gratuita. Sin embargo, debido a los recientes aumentos de precios, tenemos dificultades para pagar a nuestros proveedores de servicios y editores. Creemos sinceramente que el mundo será más habitable gracias a quienes leen libros y queremos que este servicio gratuito continúe. Si piensas como nosotros, haz una pequeña donación a la familia "BOOKPDF.ORG". Gracias por adelantado.
Qries

Descargar PDF

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

bookpdf.org | Cuál es mi IP Pública | Free Books PDF | PDF Kitap İndir | Telecharger Livre Gratuit PDF | PDF Kostenlose eBooks | Baixar Livros Grátis em PDF |