N CAPÍTULOUNO o quiero morir. No quiero morir. Por favor, por favor, por favor, no quiero morir. En su mente se repetían una y otra vez las mismas palabras, una plegaria desesperada que nadie escucharía jamás. Los dedos se deslizaron otro centímetro por el áspero tablón de madera, haciendo que sus uñas se rompieran en […]
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Contactos Recordados (Las Cronicas de Krinar 3) – Anna Zaires
El Krinar caminaba por las calles de Moscú, observando tranquilamente la aglomeración humana que pululaba a su alrededor. Veía al pasar el miedo y la curiosidad reflejados en sus rostros, sentía el odio que emanaba de algunos de los transeúntes. Rusia era uno de los países que más se había resistido, y en el cual […]
Atrapame 1 – Anna Zaires
LOS DOS HOMBRES QUE HAY FRENTE A MÍ ENCARNAN EL PELIGRO. LO EXUDAN. Uno rubio, otro moreno: deberían ser polos opuestos, pero de alguna manera se parecen. Emanan las mismas sensaciones. Esas sensaciones que me congelan por dentro. —Quiero hablar de un asunto delicado con vosotros —dice Arkady Buschekov, el oficial ruso que está a […]
Keep me – Anna Zaires
El İnforme Krinar – Anna Zaires
Dos años desde la invasión. No me podía creer que ya hubieran pasado dos años desde la invasión, y que todavía no supiéramos casi nada sobre los alienígenas que habían tomado el control de la Tierra. Frustrada, me quité las gafas y me froté los ojos, al notar el cansancio de haber estado mirando la […]
El Titan De Wall Street – Anna Zaires
Mi tormento (Mi tormento 1) – Anna Zaires
P MONTAÑAS DEL CÁUCASO SEPTENTRIONAL, 5 AÑOS ANTES eter —¡PAPÁ! —A ESE CHILLIDO AGUDO LE SIGUE EL CORRETEO DE UNOS PIECECITOS, LOS DE MI HIJO, que entra corriendo; los rizos oscuros brincan alrededor del rostro radiante. Riendo, atrapo el pequeño cuerpo robusto cuando se abalanza sobre mí. —¿Me has echado de menos, pupsik? —¡Sí! —Me […]
Mi obsesion (Mi tormento 2) – Anna Zaires
Mi destino (Mi tormento 3) – Anna Zaires
UNOS LABIOS CÁLIDOS ME PRESIONAN LA MEJILLA CON UN BESO TIERNO Y SUAVE, INCLUSO A PESAR de que la barba incipiente de un día me raspa la mandíbula. —Despierta, ptichka —me murmura una voz familiar con un ligero acento en el oído mientras mascullo una protesta soñolienta y me acurruco aún más en torno a […]