debeleer.com >>> chapter1.us
La dirección de nuestro sitio web ha cambiado. A pesar de los problemas que estamos viviendo, estamos aquí para ti. Puedes ser un socio en nuestra lucha apoyándonos.
Donar Ahora | Paypal


Como Puedo Descargar Libros Gratis Pdf?


El Viaje Del Amor – Brianne Miller

Después de catorce horas y media de vuelo aterrizo en el aeropuerto internacional de Gimpo, en Seúl. Aún me queda pasar cuarenta minutos dentro de un autobús hasta llegar a mi nueva casa pero al menos ya he llegado al país donde pasaré, como mínimo, el próximo año de mi vida. Me llamo Tayler Bagley y soy una estudiante de intercambio de último año de medicina. ¿Por qué elegí Seúl? Supongo que la culpa es de los dramas coreanos a los que me he aficionado últimamente. Hay muchos lugares que me han enamorado de esta ciudad a través de la pantalla y no podía dejar pasar la oportunidad de visitarlos a la vez que aprendo un nuevo idioma y unas nuevas costumbres. Aunque antes de venir di un curso intensivo de coreano saco mi teléfono para echar mano al traductor de Google por si no logro ubicarme. Por lo pronto tengo que encontrar la parada del autobús, que según las indicaciones que descargué de internet está a seis minutos andando del aeropuerto. He memorizado los nombres de los autobuses para no perderme pero aun así pregunto a una chica que está esperando para asegurarme. Llego al cuarto de estudiantes en el que voy a vivir, situado en la azotea de un edificio. Es lo más barato que he podido encontrar relativamente cerca de la universidad porque aunque estoy aquí con una beca de estudios los alquileres son bastante caros. La habitación es muy espaciosa, a mi derecha está la pequeña cocina con una mesa baja separada de la parte donde se encuentra la cama por un mueble con estantería hasta el techo. Al menos la cama es de matrimonio y junto a ella tengo un buen escritorio al que le daré buen uso este año. A la izquierda del escritorio, junto a la pared, tengo un ropero de dos puertas y junto a este la puerta del cuarto de baño, dotado de una ducha, un inodoro y un pequeño lavabo. La ventaja de vivir en la azotea es que tengo un improvisado salón exterior con vistas a esta hermosa ciudad. Tras enviarle un mensaje a mi familia para avisarles de que he llegado bien y también algunas fotos de mi nueva casa me dejo caer en la cama con un suspiro. Los días siguientes me dedico a deshacer mi equipaje y a inspeccionar un poco la zona para encontrar la lavandería, la tienda de alimentos más cercana, el centro médico e incluso la parada del autobús a la universidad. También me animo a hacer todo el camino hasta ella para no perderme el primer día porque no quiero llegar tarde a clase nada más llegar. El primer día de clase me levanto a toda prisa de la cama y meto en mi bolso un cuaderno y un par de bolígrafos. El camino más rápido hasta la universidad nacional de Seúl, situada en el barrio de Gwanak-gu, implica tomar cuatro autobuses pero por lo menos la parada está a dos minutos de casa. Me he aprendido las líneas de memoria: primero la quinientos tres, después la quinientos cinco, la seis mil quinientos catorce y por último la cinco mil quinientos dieciséis. La universidad es un enorme laberinto que pretende tragarse a todo aquel que entre nuevo en ella, lo he deducido después de llevar más de media hora dando vueltas por sus pasillos sin encontrar la secretaría. Aunque he llegado con tiempo de sobra ahora me toca correr para no llegar tarde a clase, pero al dar la vuelta en una esquina me choco contra una pared de músculo y caigo sentada de culo esparciendo todos los papeles que llevaba en las manos por el suelo. —Gwaenchanha? —pregunta el dueño de los músculos arrodillándose a mi lado. Levanto la cabeza para mirarle y me quedo sin habla… y sin respiración. ¿De dónde ha salido este chico? ¿En serio existen hombres como los de las series en la vida real? Parece ser bastante alto, con el pelo castaño peinado a un lado y una boca perfectamente perfilada y simétrica que no puedo dejar de mirar.


Tiene los ojos pequeños aunque su nariz no es demasiado grande, y por el volumen de la camiseta que lleva puesta tiene unos músculos bastante bien formados. —¿Estás bien? —repite, ahora en inglés. —Eh, sí… sí… —respondo saliendo de mi estupor. El chico me ayuda a recoger los papeles y me tiende la mano para levantarme del suelo. —¿Puedo ayudarte? —pregunta— Parece que estás algo perdida. —Estoy buscando la secretaría —respondo. —Sigue el pasillo de la derecha hasta el final y tuerce a la izquierda. Es la cuarta puerta de ese pasillo. —Muchas gracias. —Y anda con cuidado —aconseja. Le observo marcharse sin apartar los ojos de su tremenda espalda. Definitivamente el tipo pasa gran parte del tiempo en el gimnasio porque está bien definido por todas partes. Al fin llego a mi destino, donde me espera la estudiante que se encargará de mí a lo largo del curso. —Annyeonghaseyo —saluda agachando la cabeza—. Me llamo Park Mi Rae y a partir de hoy seré tu guía en la universidad. —Annyeonghaseyo —saludo—. Yo soy Tayler. —Antes de nada aquí tienes los libros —dice entregándome un montón de libros fotocopiados —. Están escritos en inglés y en coreano, así que no tendrás ningún problema para seguir las clases. —¿Lo has traducido tú? —Es mi trabajo hacer que tu estancia aquí sea lo más llevadera posible —responde con una sonrisa. —Muchísimas gracias, me has salvado la vida. Ahora mismo la abrazaría pero sé que los coreanos son muy reservados a la hora de mostrar afecto, así que me limito a sonreírle. Mi Rae es una chica absolutamente preciosa, tiene un cuerpo bastante curvilíneo comparado con otras chicas que he visto en los pasillos y cara de muñeca, además de que su estilo es muy parecido al mío. La sigo por los pasillos hasta nuestra clase y me siento junto a ella en un lugar intermedio de la fila de asientos. Un chico bastante alto y atractivo se sienta junto a Mi Rae y me mira con una sonrisa.

—Tú debes ser la chica de intercambio —me dice—. Yo soy Shin Hae Suk. —Yo soy Tayler —respondo devolviéndole la inclinación de cabeza. No da tiempo para nada más porque el profesor entra en la clase. Aunque al principio me cuesta un poco llevar el ritmo, gracias a las anotaciones de Mi Rae pronto logro empezar a entender la clase y cuando termina me doy cuenta de que el tiempo ha pasado volando. —¿Te adaptas? —pregunta Hae Suk. —Poco a poco —respondo. —Cuando lleves aquí un par de semanas todo será más fácil —añade Mi Rae. —Eso espero, aunque vuestro alfabeto es bastante complicado. A la hora del almuerzo quedo con ellos en el comedor porque me han avisado de que tengo que presentar unos papeles en secretaría que me faltó rellenar esta mañana. La verdad es que no sé qué comer, así que sirvo lo mismo que Mi Rae y me siento frente a ellos en una mesa. —Ahí viene —susurra Hae Suk. Él y Mi Rae centran su atención en la comida y yo me vuelvo para ver quién se acerca, aunque solo veo al chico con el que me he chocado esta mañana. Le observo fijamente creyendo que pasará de largo pero me sorprende al apartar la silla que hay a mi lado y sentarse ante el murmullo de todo el mundo. —¿Qué haces? —pregunta Mi Rae. —¿Has encontrado lo que buscabas? —me pregunta él sin prestarle la más mínima atención a mi compañera. —Sí, gracias por tus indicaciones ––respondo. —Te estoy preguntando que qué haces —interrumpe Mi Rae. La miro con sorpresa porque ni siquiera se me ha pasado por la cabeza que esta chica pueda ser tan desconsiderada con alguien y el chico sigue ignorándola y se dedica a comer. —¡Lee Hyun Min! —grita ella levantándose de la mesa. —No estoy aquí por ti, sino por ella, así que déjame comer tranquilo —responde él. —¿Es que siempre tienes que ponérselo difícil? —pregunta Hae Suk. —¿Y a ti qué más te da? —protesta el chico— ¿Eres su guardián o algo por el estilo? —¿Vas a marcharte o tendré que hacerlo yo? —pregunta Mi Rae con los ojos anegados en lágrimas. El chico eleva los ojos al cielo con una mueca y coge su bandeja para marcharse. —Ya nos veremos, chica de intercambio —me dice guiñándome el ojo.

Mis nuevos compañeros me miran con la boca abierta y yo me limito a seguir comiendo. —¿Le conoces? —pregunta Hae Suk. —Nos hemos chocado antes en el pasillo —explico—. ¿Qué pasa con él? ¿Por qué habéis sido tan maleducados? —Le hizo daño a Mi Rae —responde Hae Suk—. La hizo creer que le gustaba pero solo estaba jugando con ella. —¿Te gusta ese chico, Mi Rae? —pregunto. —¿Estás de broma? No le soporto. Sonrío porque sé que está mintiendo. Se lo he visto en la cara cuando él se ha sentado a mi lado en la mesa y no le ha prestado la más mínima atención. —¿Y a ti? —pregunta Hae Suk— ¿Te gusta Hyun Min? —Ahora mismo en lo único que pienso es en estudiar y trabajar por las tardes —respondo—. Vamos a comer, que esto se enfría. Al terminar las clases me voy a la papelería donde voy a empezar a trabajar a media jornada. Está a unos diez minutos de la universidad, así que no será un gran problema hacerlo. La dueña, con la que he hablado unas cuantas veces a través de email, me recibe con una sonrisa. Solo trabajaré cuatro horas vendiendo material escolar y libros o haciendo fotocopias, por lo que podré volver a casa relativamente temprano. La tarde se pasa bastante deprisa, como no hay demasiados clientes puedo aprovechar para estudiar y todos salimos ganando. A la hora de cerrar mis compañeros me esperan con una caja de pollo frito, cerveza y un paquete de papel higiénico. —¿Qué hacéis aquí? —pregunto acerándome a ellos. —Venimos a inaugurar tu casa —responde Hae Suk. —Pero mañana tenemos clase —digo yo. —Sobrevivirás —contesta Mi Rae tirando de mi mano hasta el todoterreno de Hae Suk. Por suerte esta mañana se me ha ocurrido estirar la cama antes de salir… En cuanto introduzco la clave de mi cerradura Mi Rae entra en mi casa y se sienta a la mesa para abrir la caja de pollo, pero Hae Suk observa la cerradura con atención. —¿Has cambiado la clave? —pregunta. —No sé hacerlo —reconozco. Él pulsa unos cuantos botones y se aparta para que introduzca la nueva contraseña.

Una vez lo he hecho termina de configurarla y se sienta junto a la mesa. Voy a coger unos vasos del mueble para las bebidas pero Mi Rae me sujeta por el tobillo. —Ani —niega con la cabeza—. La beberemos directamente de la lata, no tienes que ensuciar nada. El pollo frito sabe diferente a como lo sirven en Nueva York, pero está realmente bueno con ese puntito picante. La cerveza no me ha gustado nunca pero por educación me bebo una lata con ellos. —¿Qué tal tus primeros días en Seúl? —pregunta Mi Rae. —Ajetreados —respondo—, aunque mi trabajo de media jornada me gusta bastante porque me deja tiempo para estudiar. —Aún debe afectarte el jet lag —añade Hae Suk—. Te dejaremos irte a dormir temprano. Pasamos gran parte del tiempo conociéndonos un poco mejor. Ellos son amigos desde primaria, viven en el mismo barrio y por eso están juntos todo el tiempo, aunque intuyo que a Hae Suk le gusta Mi Rae más de lo que quiere admitir. Cuando terminamos de cenar meto la basura en una bolsa para tirarla, pero Hae Suk me detiene. —Aigo… ¿No sabes reciclar? —protesta quitándomela de las manos— Deja, ya lo hago yo. —Aún tengo que acostumbrarme a muchas cosas —me disculpo. Mi Rae saca una cesta como las que yo utilizo normalmente para la ropa que saco de la lavadora de debajo del fregadero. —Esto es para reciclar —explica—. En la calle hay varios contenedores para hacerlo, así te resulta más fácil. Asiento y les acompaño hasta la puerta. —Nos vemos mañana en clase —se despide Hae Suk saludando con la mano. —Gracias por la cena —agradezco. —Este fin de semana podemos ir a hacer turismo —sugiere Mi Rae—. Estoy segura de que hay muchas cosas que quieres ver. —Estaría bien —respondo—. Ya lo vamos planeando a lo largo de la semana.

En cuanto mis compañeros se marchan me cepillo los dientes y me tumbo en la cama. Es cierto que aún noto la diferencia horaria porque aunque normalmente me cuesta cerca de una hora conciliar el sueño en cuanto mi cabeza toca la almohada me quedo profundamente dormida. Capítulo 2 Hoy no tengo clase hasta las once pero me he levantado temprano para ir a hacer la compra. Reconozco que no soy buena cocinera, a parte de algunas recetas de pasta no sé hacer gran cosa, así que la mayoría de lo que meto en la cesta de la compra son platos preparados para calentar. También he comprado algunas cosas para adornar la estantería, que ahora mismo está completamente vacía a excepción de mis libros de estudio. No puedo permitirme gastar mucho más pero me entretengo en las tiendas de ropa para mirar las preciosidades que venden aquí. Después de colocar toda la compra meto los libros que necesito hoy en el bolso y me voy a la parada de autobús. Aunque ya estamos a marzo hace bastante frío y hundo la cara un poco más en la bufanda. Mis compañeros ya están sentados en clase cuando llego y me han reservado un sitio, así que me siento con ellos con una sonrisa. —¿Has dormido bien? —pregunta Mi Rae. —De maravilla —respondo—. No pensé que pudiera hacerlo en una cama extraña pero en cuanto me acosté me quedé dormida. —Eso es por la cerveza —ríe Hae Suk—. Se nota que eres extranjera. Mi Rae le da un codazo y él se vuelve para replicar pero el profesor entra en la clase y le interrumpe. Nunca pensé que mi asignatura favorita de la carrera pudiera parecerme difícil pero en coreano todo se complica el doble. Al fin suena el cambio de clase y me estiro para aliviar el dolor de espalda. Aunque de repente el murmullo de la gente se silencia yo tengo mi atención puesta en los apuntes. Un bote de leche de banana aparece delante de mi nariz, levanto la cabeza para ver quién lo ha dejado ahí y lo único que me encuentro es la espalda de Hyun Min que se aleja escaleras abajo. Levanto el pequeño bote para mirarlo detenidamente y vuelvo a ponerlo sobre la mesa. —¿Acaso cree que eres una niña pequeña? —protesta Hae Suk. —Siempre he querido probar esto —respondo. —¿No decías que no le conoces? —pregunta Mi Rae mirándome sorprendida. —Y no le conozco —respondo—, no sé por qué me lo ha traído. —Intenta darle celos a Mi Rae —adivina Hae Suk—.

No se lo tengas en cuenta. La verdad es que no creo en absoluto que el gesto tenga nada que ver con mi compañera pero no digo nada. Me bebo la leche, que está bastante buena, y sigo ordenando mis apuntes hasta que entra el siguiente profesor en el aula. A la hora de comer me dedico a buscar a Hyun Min por el comedor para agradecerle el detalle, aunque aparentemente hoy no tiene intención de aparecer. Por suerte hoy hay algo de comer que conozco y me sirvo fideos en un tazón antes de seguir a mis compañeros. —¿Por qué has tardado tanto? —pregunta Hae Suk. —Estaba buscando a ese chico para agradecerle el batido. —No deberías mezclarte con él, Tayler —aconseja Mi Rae—, es un mal chico. —Aprecio mucho tu preocupación, Mi Rae, pero creo que será mejor que lo juzgue por mí misma —respondo—. Conmigo ha sido muy amable las pocas veces que nos hemos cruzado y no voy a dejar de hablarle solo porque vosotros no os llevéis bien con él, lo siento. La verdad es que temo que debido a mi decisión se aparten de mí y me quede sola pero en vez de hacerlo ambos asienten y se centran en comer. Cuando terminan las clases me despido de ellos y voy a trabajar. —Siento llegar tarde, ajumma, hoy las clases han terminado después de lo esperado —me disculpo dejando mi abrigo en el almacén. —¿Ha ido bien? —La verdad es que me está costando un poco adaptarme pero tengo dos compañeros que me están ayudando mucho. —Puedes utilizar los libros si tienes alguna duda —ofrece. —Se lo agradezco, pero mis conocimientos del coreano escrito dejan mucho que desear aún. —Entonces, aprovecha para mejorarlo —responde con un guiño. Me sirvo una taza de café y me siento en mi sitio tras el mostrador para seguir estudiando, que esta tarde tengo más ventas que ayer pero no las suficientes como para impedirme hacerlo. Levanto la mirada del libro cuando escucho la campanilla de la puerta abrirse y me quedo con la boca abierta al ver entrar a Hyun Min. —Annyeonghaseyo —saludo. —¡Oh! —exclama sorprendido al verme— ¿Qué haces tú aquí? —Trabajo aquí después de clase —explico—. ¿Y tú? —He venido a comprar algunas cosas —contesta señalando la tienda. Asiento y simulo centrar mi atención en mi cuaderno pero la verdad es que es muy difícil hacerlo con él aquí. Aunque la tienda no es muy grande hay muchas cosas y tarda un buen rato en elegir lo que quiere, dándome la oportunidad de observarle bien. Cuando veía dramas coreanos en Nueva York mis amigas no entendían cómo podía ver guapo al actor Park Hae Jin y la verdad es que babeo cada vez que le veo en pantalla.

También me parecen guapos muchos otros actores coreanos y reconozco que Hyun Min no tiene nada que envidiarle a mi idol. Hoy lleva puestas unas gafas de montura negra que le dan un aire de intelectual muy atractivo. Cuando termina de coger lo que va a comprar se acerca a la caja y se apoya en el mostrador mirándome seriamente. —Gracias por el batido —susurro—. Estaba muy rico. —Lo saqué de la máquina por error y pensé que serías la única que no malinterpretarías el gesto —explica. Ya… a mí me la vas a pegar… Sonrío y continúo pasándole los artículos antes de ponerlos en una bolsa. —¿Por qué trabajas? —pregunta— ¿No has venido con una beca de estudios? —Así es, pero con el dinero de la beca no me puedo permitir caprichos. —Así que eres una niña caprichosa… —En realidad no pero hay muchas cosas que me gustaría comprar antes de volver a Nueva York. —¿Maquillaje? ¿Ropa? ¿Zapatos? —Todo eso —río. —Lo que yo decía… una niña caprichosa. Le miro con mala cara arrancándole una carcajada y continúo pasando los utensilios.

.

Declaración Obligatoria: Como sabe, hacemos todo lo posible para compartir un archivo de decenas de miles de libros con usted de forma gratuita. Sin embargo, debido a los recientes aumentos de precios, tenemos dificultades para pagar a nuestros proveedores de servicios y editores. Creemos sinceramente que el mundo será más habitable gracias a quienes leen libros y queremos que este servicio gratuito continúe. Si piensas como nosotros, haz una pequeña donación a la familia "BOOKPDF.ORG". Gracias por adelantado.
Qries

Descargar PDF

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

bookpdf.org | Cuál es mi IP Pública | Free Books PDF | PDF Kitap İndir | Telecharger Livre Gratuit PDF | PDF Kostenlose eBooks | Baixar Livros Grátis em PDF |