debeleer.com >>> chapter1.us
La dirección de nuestro sitio web ha cambiado. A pesar de los problemas que estamos viviendo, estamos aquí para ti. Puedes ser un socio en nuestra lucha apoyándonos.
Donar Ahora | Paypal


Como Puedo Descargar Libros Gratis Pdf?


El retrato de Dorian Gray (trad. Jose Luis – Oscar Wilde

En la literatura del anterior fin de siglo (que ahora, con más acierto decimos de entresiglos, pues su influencia y práctica entró bastante en el XX) existió un género novelístico que une la fuerte tradición del realismo y del naturalismo, con las galas esteticistas y el mundo novedoso, quimérico y provocador que el simbolismo supuso. El género es la novela decadente, denostada a menudo por los burgueses —pese al gran éxito de sus productos más comerciales, Lorrain en Francia; Hoyos y Vinent en España— y más tarde denostada también por los guardianes de cierto buen gusto, al que — en su opinión— estas novelas atacaban por sus excesos y excentricidades. Si bien se piensa, las dos objeciones eran la misma. Hubo que esperar hasta las décadas 60/70 de este siglo para que esa literatura volviera a hallar lectores y valor. Hubo una excepción (como en todo), Oscar Wilde, que siempre gustó. Si hubiésemos de cifrar la novela decadente en tres títulos, éstos podrían ser: Al revés (1884) de J. K Huysmans, que fue la progenitora del género. El retrato de Dorian Gray (1891) de Oscar Wilde, la más exquisita, vital y entretenida; y por ejemplo, Monsieur de Phocas (1901) de Jean Lorrain, la más excesiva pero también de aura más popular Si esas tres novelas importan —y la primera mucho— en la Historia de la Literatura, la más ágil y viva entre ellas (porque todo Wilde está dotado de una vitalidad sorprendente) es El retrato de Dorian Gray, la única que supo unir exquisitez límite y trama, encanto y transgresión, entretenimiento y altura. The Picture of Dorian Gray (El retrato de Dorian Gray) se publicó por primera vez —en trece capítulos— en una revista literaria anglonorteamericana (Lippicontt’s Monthly Magazine ) en junio de 1890. Su éxito (pese a tratarse de una publicación restringida) fue enorme, lo que llevó a un Oscar Wilde que comenzaba a ser muy provocador, muy famoso y ya el rey de los estetas decadentes, a alargar el texto —siete capítulos más— para publicarlo, a fines de 1891, ahora en forma de libro, y con ilustraciones de un notabilísimo dibujante del periodo, Charles Ricketts. La publicación de la novela y su nuevo éxito —parecía que Wilde todo lo que tocaba lo convertía en oro— renovó la mala fama del escritor, pero también su principalía estética, fue a partir de ese momento, el gran patrón de los nineties británicos, el rey de aquellos años 90 esteticistas y malditos. Sin embargo (como he anticipado) el secreto íntimo de El retrato de Dorian Gray —el retrato del joven hermoso que envejece para que él permanezca joven— es que engloba una trama mágica, tradicional y aún algunas escenas naturalistas (el entorno de Sibyl Vane, la frustrada novia de Dorian) con ese mundo decadente de joyas y vicios, o vicios enjoyados como podría haber dicho alguien entonces. Por lo demás, Wilde no era sólo decadente, ni su gran vitalismo le hubiese permitido serlo. Si decadencia es cansancio, hastío, sensación de consumir y agotar la vida como un licor poderoso que embriaga y destruye, El retrato de Dorian Gray es una novela decadente; pero como anima a vivir y a gozar, como estimula la sensualidad y toda la voluntad de deleite, es también una obra neopagana, capitulo éste de la ideología y estética wildeanas mucho menos comentado. Wilde —alto y grueso en esos tiempos— se veía como un nuevo sacerdote de Baco que estimularía una moderna vida pagana, un alejandrismo lleno de goce y transgresiones hacia la burguesía, pues para el pagano no son tales. Ambigua, decadente, neopagana, amena, filosófica, lineal, honda, El retrato de Dorian Gray admite la lectura más inocente y también la más perversa, porque Wilde era ambas cosas. De hecho los tres personajes principales del libro (hijo excelso del Al revés huysmaniano) son, de algún modo, el triple retrato —psicoanalítico casi— que Wilde hace de sí mismo. Basil Hallward, el pintor, retrata al Wilde artista puro, enamorado de la belleza platónica, y cultivador de la juventud como culto sagrado, pero idealmente, según la Venus urania. Lord Henry Wotton, es el Wilde mundano. El amante de los salones, de las paradojas, el personaje witty y el que posiblemente —en la novela sólo se insinúa— goza de esa doble vida que tanto gustó y amedrentó a Wilde: caballero elegantísimo de día y buscador de los bajos fondos heterodoxos por la noche. El Wilde de la alta comedia. En cuanto a Dorian —el joven protagonista que no envejece, por un pacto secreto, basado de entrada en un poeta joven y guapo al que Oscar amó o admiró, John Cray— representaría doblemente el retrato ideal del mismo Wilde (el Wilde perfecto de juventud, el platónico vivo) y al tiempo la imagen —que el arte perpetúa o eterniza— de lo que (en obra y vida) Oscar Wilde no cesó de buscar, añorar y cantar: el muchacho hermoso, emblema sensual y estético de la imposible perfección de la vida. El kouros griego. El Alcibiades del Banquete platónico. El sueño de Leonardo, de Miguel Ángel, el que aparece también en los Sonetos de Shakespeare… Dorian es el lord despótico y bello que Oscar asimismo hubiera querido ser.


Pero en el famoso prefacio de esta excelente, rara, vivísima, acertadísima novela, Oscar Wilde asumía en una frase todas las contradicciones, las facetas, todos los múltiples prismas que en la novela existen: Los elegidos son aquellos para quienes las cosas bellas sólo significan belleza. Que el bienvenido y venturoso nuevo lector no lo pierda de vista. Tiene alto placer entre sus manos. Un talento bondadoso y subversivo. Prefacio del autor El artista es creador de belleza. Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte. El crítico es quien puede traducir de manera distinta o con nuevos materiales su impresión de la belleza. La forma más elevada de la crítica, y también la más rastrera, es una modalidad de autobiografía. Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza. Son los elegidos, y en su caso las cosas hermosas sólo significan belleza. No existen libros morales o inmorales. Los libros están bien o mal escritos. Eso es todo. La aversión del siglo XIX por el realismo es la rabia de Calibán al verse la cara en el espejo. La aversión del siglo XIX por el romanticismo es la rabia de Calibán al no verse la cara en un espejo. La vida moral del hombre forma parte de los temas del artista, pero la moralidad del arte consiste en hacer un uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada. Incluso las cosas que son verdad se pueden probar. El artista no tiene preferencias morales. Una preferencia moral en un artista es un imperdonable amaneramiento de estilo. Ningún artista es morboso. El artista está capacitado para expresarlo todo. Pensamiento y lenguaje son, para el artista, los instrumentos de su arte.

El vicio y la virtud son los materiales del artista. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, el modelo es el talento del actor. Todo arte es a la vez superficie y símbolo. Quienes profundizan, sin contentarse con la superficie, se exponen a las consecuencias. Quienes penetran en el símbolo se exponen a las consecuencias. Lo que en realidad refleja el arte es al espectador y no la vida. La diversidad de opiniones sobre una obra de arte muestra que esa obra es nueva, compleja y que está viva. Cuando los críticos disienten, el artista está de acuerdo consigo mismo. A un hombre le podemos perdonar que haga algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer una cosa inútil es admirarla infinitamente. Todo arte es completamente inútil. OSCAR WILDE Capítulo 1 El intenso perfume de las rosas embalsamaba el estudio y, cuando la ligera brisa agitaba los árboles del jardín, entraba, por la puerta abierta, un intenso olor a lilas o el aroma más delicado de las flores rosadas de los espinos. Lord Henry Wotton, que había consumido ya, según su costumbre, innumerables cigarrillos, vislumbraba, desde el extremo del sofá donde estaba tumbado —tapizado al estilo de las alfombras persas—, el resplandor de las floraciones de un codeso, de dulzura y color de miel, cuyas ramas estremecidas apenas parecían capaces de soportar el peso de una belleza tan deslumbrante como la suya; y, de cuando en cuando, las sombras fantásticas de pájaros en vuelo se deslizaban sobre las largas cortinas de seda india colgadas delante de las inmensas ventanas, produciendo algo así como un efecto japonés, lo que le hacía pensar en los pintores de Tokyo, de rostros tan pálidos como el jade, que, por medio de un arte necesariamente inmóvil, tratan de transmitir la sensación de velocidad y de movimiento. El zumbido obstinado de las abejas, abriéndose camino entre el alto césped sin segar, o dando vueltas con monótona insistencia en torno a los polvorientos cuernos dorados de las desordenadas madreselvas, parecían hacer más opresiva la quietud, mientras los ruidos confusos de Londres eran como las notas graves de un órgano lejano. En el centro de la pieza, sobre un caballete recto, descansaba el retrato de cuerpo entero de un joven de extraordinaria belleza; y, delante, a cierta distancia, estaba sentado el artista en persona, el Basil Hallward cuya repentina desaparición, hace algunos años, tanto conmoviera a la sociedad y diera origen a tan extrañas suposiciones.

.

Declaración Obligatoria: Como sabe, hacemos todo lo posible para compartir un archivo de decenas de miles de libros con usted de forma gratuita. Sin embargo, debido a los recientes aumentos de precios, tenemos dificultades para pagar a nuestros proveedores de servicios y editores. Creemos sinceramente que el mundo será más habitable gracias a quienes leen libros y queremos que este servicio gratuito continúe. Si piensas como nosotros, haz una pequeña donación a la familia "BOOKPDF.ORG". Gracias por adelantado.
Qries

Descargar PDF

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

bookpdf.org | Cuál es mi IP Pública | Free Books PDF | PDF Kitap İndir | Telecharger Livre Gratuit PDF | PDF Kostenlose eBooks | Baixar Livros Grátis em PDF |