Rand Al’ Thor y sus amigos disfrutan de una apacible vida en Campo de Emond hasta que Moraine, una joven misteriosa capaz de encauzar el Poder Único, llega al pueblo y anuncia el despertar de una terrible amenaza. Esa misma noche, Campo de Emond se ve atacado por espantosos trollocs. Mientras los habitantes del pueblo repelen el ataque, Moraine y su guardián ayudan a Rand y a sus amigos a escapar.
La huida sólo será el comienzo de sus problemas, ya que Moraine, miembro de la antiquísima orden de las Aes Sedai, cree que Rand Al’ Thor está destinado a desempeñar un papel protagonista en los acontecimientos que se avecinan y de los que dependerá la supervivencia del mundo.
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C PRELUDIO CUERVOS ampo de Emond abajo, a mitad de camino del Bosque de las Aguas, los árboles flanqueaban las márgenes del Manantial. Casi todos eran sauces, y sus frondosas ramas formaban un umbroso dosel sobre la corriente junto a las orillas. No faltaba mucho para el verano, y el sol se aproximaba a su cenit; pero aun así, en la sombra, la suave brisa enfrió la transpiración en la piel de Egwene. La chiquilla se recogió la falda del vestido de paño marrón por encima de las rodillas y vadeó un pequeño tramo del río para llenar el balde de madera. Los chicos se metían en el agua sin más, sin importarles que las ceñidas calzas se mojaran. Algunos de los chicos, y las chicas que llenaban los cubos, se reían y usaban los cacillos para echarse agua unos a otros, pero Egwene se conformó con la agradable sensación del roce de la corriente contra las piernas y el placer de hundir los dedos de los pies en el fondo arenoso mientras regresaba hacia la orilla. No había ido allí para jugar. Tenía nueve años y era la primera vez que acarreaba agua, pero iba a ser la mejor aguadora del mundo.
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