A PREFACIO Por Robert Jordan veces los fans me preguntan si tengo intención de escribir precuelas a La rueda del tiempo. Algunas peticiones son de libros sobre la Guerra de los Trollocs, o la ascensión y caída del Rey Supremo Artur Hawkwing, o la historia de la vida de varios personajes, aunque las más frecuentes son de libros sobre la Era de Leyenda y su final en la Guerra del Poder. Creo que la pregunta más habitual es: ¿Por qué, si los mayores logros de la Era de Leyenda fueron realizados por hombres y mujeres trabajando juntos con el Poder Único, el ataque final a Shayol Ghul fue llevado a cabo exclusivamente por hombres? De momento, no tengo intención de escribir ninguno de esos libros, pero no digo que una historia o dos no puedan surgir de vez en cuando. Normalmente no escribo relatos cortos. Mi editor afirma que, para mí, un relato corto consiste en 50 000 palabras. Respecto a la pregunta… espero que aquellos fans (y el resto de vosotros) estén satisfechos de momento con lo que sigue, un fragmento imaginario de no-ficción, parte de una era llamada la Tercera Era por algunos, una era que ha de venir, una era transcurrida hace mucho… U EL ATAQUE A SHAYOL GHUL Una introducción preliminar Por Jorille Mondevin, Historiadora Real de la Corte de su Ilustrísima Preclara Majestad, Ethenielle Kirukon Materasu, por la Gracia de la Luz, Reina de Kandor, Protectora del Reino, Escudo del Norte, Sede Suprema de la Casa Materasu. no de los mayores hallazgos de tiempos recientes, quizás desde el Desmembramiento, es una copia parcial con, nada menos, que una crónica del mundo desde la Perforación en la Prisión del Oscuro hasta el final del Desmembramiento del Mundo. El original al parecer data de principios del Primer Siglo D. D. A pesar de la extrema escasez de material procedente de todo el primer milenio tras el Desmembramiento, podemos dar gracias de que el arte de la imprenta sobreviviera cuando muchas otras cosas no lo consiguieron, y se practicó de hecho en cierta medida durante el propio Desmembramiento, aunque bajo severas y restringidas condiciones. Considerando la extensa destrucción ocasionada por la Guerra de los Trollocs y la Guerra de los Cien Años —que, aunque en menor medida que la devastación casi completa acontecida durante el Desmembramiento, también convirtió en cenizas ciudades, naciones y, algo mucho peor, el conocimiento— debemos maravillarnos ante cualquier escrito que haya sobrevivido más de 3000 años. Lo que conocemos se basa en fragmentos, copiados y vueltos a copiar un millar de veces, pero al menos sabemos algo gracias a ellos. Por mínimo que sea, cualquier grado de conocimiento es preferible a permanecer en la ignorancia. Descubiertas en un polvoriento almacén en Chachin, las páginas estaban en un baúl lleno de antiguas cuentas y recibos, cuadernos de estudiantes y diarios privados, algunas tan deterioradas por el paso del tiempo y con la tinta tan gastada como para resultar indescifrables, y eso cuando las propias páginas no se habían desintegrado. El manuscrito, a duras penas legible, presentaba los típicos problemas, sin contar las dificultades de la traducción y los errores de los copistas a lo largo de los siglos. Una crónica como ésta sin duda habría de ser una obra extensa, de múltiples tomos (ver la «Nota de la autora» al final del documento). De las doscientas doce hojas que se encontraron, el mayor número de páginas consecutivas asciende a seis, y en el resto del manuscrito no más de dos. Las fechas mencionadas resultan incomprensibles, al no haberse encontrado nunca un calendario de la Era de Leyenda. Hay múltiples referencias a sucesos catastróficos (terribles batallas y ciudades enteras destruidas por el fuego compacto durante la Guerra de la Sombra, regiones enteras cubiertas por el mar y cadenas montañosas surgidas de la noche a la mañana durante el Desmembramiento), frente a las cuales detalles como la mención de personas concretas resultan anecdóticas. Las páginas que podrían revelar exactamente dónde ocurrieron estos hechos, cuál fue su trascendencia concreta, el propósito o el resultado final, generalmente se han perdido. ¿Por qué entonces es tan valiosa esta colección? Primero porque, pese a estar deteriorada, contiene más información de la Guerra de la Sombra que cualquier otra fuente por sí sola y, en algunos aspectos, es posible que tanta como todas las otras fuentes juntas. Más importante si cabe es que nos da una gran cantidad de información que no está disponible en ningún otro lugar. Y lo fundamental es que las seis páginas que son consecutivas y otras cercanas a ellas, contienen la única relación de sucesos conocida que rodea a lo que seguramente ha sido el mayor logro jamás alcanzado en la historia del mundo en cualquier Era: el sellado de la Perforación por Lews Therin Telamon y los Cien Compañeros. Todavía no podemos asegurar cuanto tiempo pasó entre la creación de la Perforación y el inicio real de lo que pasaría a denominarse la Guerra de la Sombra, aunque, es evidente que al menos cincuenta años, y posiblemente más de cien, estuvieron marcados por una rápida decadencia en el orden social y un incremento igualmente rápido en mil enfermedades que anteriormente habían sido raras o completamente desconocidas. La guerra misma fue un «nuevo» descubrimiento, o eso parece, uno que sin embargo se aprendió rápidamente e incluso hay quien opina que se perfeccionó.

A lo largo de su curso, la Guerra de la Sombra se inclinó primero hacia un bando, luego hacia el otro, entre fuego y sangre. Durante los tres primeros años la Sombra hizo grandes progresos y extensas zonas del mundo cayeron bajo el horror del dominio del Oscuro, si bien fue de manera indirecta a través de representantes de la raza humana. No obstante la presencia de Myrddraal y Trollocs no se puede considerar indirecta. Bajo el liderazgo de Lews Therin Telamon, el legendario Dragón de las Profecías, mucho de lo que se había perdido fue recuperado en los siguientes cuatro años, aunque no sin contratiempos. En ese momento se llegó a un punto muerto, y durante un año aproximadamente ningún bando fue capaz de obtener ni una sola victoria, a pesar de las luchas encarnizadas. Pero cuando se superó el punto muerto, la Sombra empezó a avanzar de nuevo, despacio al principio, luego cada vez más rápido. Según el autor de esta crónica incompleta:

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