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Corazon Feliz – Sophie Kiss

“Es hora de decir la verdad” Michelle tenía el móvil en la mano, no ha sabido nada de Albern hace tres días, necesitaba hablar con él. Es una chica que lo posee todo, le llegaban miradas, tiene inteligencia de sobra. Se iba todos los días a hacerse masajes para poder calmarse. Las elegantes cenas y beber hasta que no se pueda más después del trabajo no eran nada sin él. La última vez que hablaron dijo que estaba muy ocupado, pero ella nunca supo en qué estaba tan ocupado. Sabe que Albern le ocultaba algo, estaba desesperada por saber que es. De regreso a casa se encuentra con nada que hacer. Su casa es gigante, lleno de espacios, el techo alto lo que la hace que parezca vacío aunque se amueble más de lo debido. Sin más que hacer se sentó en el sillón acompañada de una copa de vino tinto. Encendió el televisor de plasma enorme. Sin darse se bebió todo el vino, cayó en un profundo sueño, la despertó un hermoso rostro que la observaba sin decir una palabra, se trata de Albern, su corazón se aceleró al verlo con una sonrisa en sus labios. ―Se me hizo eterno todo esto. ―Gruño con una enorme sonrisa que parecía no acabar. Estaba tan contenta de volver a verlo, Albern se sentía igual de feliz que ella. Contemplando la hermosura que tiene frente a sus ojos, su amor verdadero, su corazón se acelera más aún y le costaba hablar por todo lo que tiene que hacer. Su Alfa lo dejó todo claro en su último viaje, un oso siempre tiene que oír a su alfa, le guste a quien le guste. Y sabe que todo es para su bien. Algo real hay, era la única manera de saberlo de verdad. No acepta la idea de que alguien no acepte ser parte de su manada. Casi la mitad de las especies eran bastante extrañas y con suerte aceptadas. Si el líder de la manada quisiera hacer una excepción tendría que correr el riesgo, incluso si eso significaba decirle a Michelle antes de lo que siempre deseó. ―Te he echado tanto de menos. ―Solo se atrevió a decir eso. Las otras frases para decr se las guardó sacudiéndose un poco. Michelle empezó a despertarse y su mundo se tornó cada vez más real.


Ella le lee el pensamiento y al descubrir lo que hay no le gusta para nada, se asustó por lo que leyó ¿Qué le sucederá al hombre que tanto amaba? Una y otra vez se hace la misma pregunta, no hallaba nada para quedar tranquila. ¿Qué pasó? ¿Estás en problemas? Lo puedo solucionar, tengo los recursos y las conexiones, lo puedo hacer, solo dímelo por favor. ―Ella le suplica. Todo parece confuso, los latidos de su corazón se aceleraron, no se imagina que algo lo haría parecer tan asustado. No existe nada que en ella que le quisiera calmarle ese miedo. Había algo que ella quisiera más que nada en esta vida. Ella lo único que quería era que la preocupación y el dolor se fueran para siempre. Él solo sacudió su cabeza latiera más deprisa. ―Es momento de hablar. ―No sabía decirlo de otra manera, no se le ocurre como tratar el tema, mira a Michelle enfriarse. Ella se ensimisma, como si algo estuviera oculto pero tiene que salir. Para Michelle su mundo interno se paralizó. Esperó a que él siguiera y al ver que Albern no lo hizo, solo lo observó con una mirada suplicante y negando con la cabeza. Ella se deslizó hacia él mientras él la tomaba de las manos con las de ella para sentirla ―No estamos terminando, no estoy jugando, esto es en serio, tienes que darte cuenta de algo, tienes que saber algo muy importante Michelle, yo te amo, pero te he ocultado algo. ―Le costó decirlo pero lo hizo, apenas pudo decirlo porque la reacción de Michelle le asustaba mucho, le asustaba perder lo único de verdad en su vida y Michelle al escucharlo pensó lo mismo. ―Dime. ―Dijo ella no pareciendo tener emoción en voz aunque estuviese temblando preguntándose qué podía estar pasando. ―No soy humano. ―Lo dijo rápido para que el nerviosismo no lo detuviera. ―¿Es broma no? A Michelle le hizo gracia. La tensión se había ido, piensa que Albern está siendo dramático, como si fuera el momento de hacer bromas, pero podría perdonarlo por esa situación. El humor es característico en esta relación y ella ya se había acostumbrado. La sensación de la situación no iba y ella esperaba que hablara en serio sobre lo que estaba ocurriendo. Albern se sacudió fuertemente al mirar a Michelle. ―Hablo enserio, no soy completamente humano, soy un oso.

―Confesó casi tartamudeando por los nervios, al verlo ella lo vio con una cara de frustración, Albern se levantó del sofá y casi Michelle se cae. ―Es enserio, tienes que creerme. ―Volvió a confesar con tono de suplica aunque le haya salido con un gruñido, ella lo sigue mirando por él es mundo y le cree lo que dice aunque sea una locura. ―¿Así sí? Pues muéstramelo. ―Pensaba ella. Ella sabe que él está diciendo algo serio, pero no se imagina aun lo que realmente significa ser un oso. ―A lo mejor se ha unido a una pandilla de motoqueros. ―Se sigue preguntando, pero parece que nada tiene sentido, así que solo se quedó mirándolo, movió la mesa del café para cerrar la ventana. Él la observó, la notó nerviosa. Michelle se quedó sentada en el sillón por no poder creer del todo lo que estaba escuchando, pero ella le cree en todo y por lo tanto es verdad. Albern comenzó el ritual de transformación, siente como su cuerpo cambia a la vez que le crece el pelo, sus dientes se alargan y sus colmillos quedan afilados. Ella no se quedó de brazos cruzados y se transformó en un oso así pudo entenderlo. Él está convertido en hombre lobo y ella en un oso, el corazón de ella latía con mucho más fuerza. Se le pasó por la cabeza en que todo es un extraño sueño, pronto despertarían acostado en su cama pero si fuese todo real se desmayarían por tal impresión. Aun no sabe lo que él espera de ella. Ella lo posee todo menos a él. Había encontrado a alguien para amar aunque no fuesen humanos. Ambos se sacudieron, ninguno de los dos se entendían. Ella vió al hombre que ama transformarse en humano, quedó desnudo con toda la ropa tirada y rota en suelo, se ven tan frágil y tierno, por eso quería acercarse a él para abrazarlo dulcemente pero también siente miedo de lo que está viendo. ―El jefe de mi manada me dijo que te lo dijera, yo quería esperar el momento adecuado. ―Dice él muy rápido. ―Me dijo mi jefe que tenía que decírtelo o sino teníamos que terminar nuestra relación. ―Siguió la confesión sacudiéndose y sin aliento. El estaba totalmente desnudo ante sus ojos, ella negó con la cabeza sin saber que decir. El corazón de Albern pareciera que latiría a la velocidad de la luz porque pensaba que sería ella quien lo rechazaría, él no sabe que ella no lo hará.

―No entiendo. ―Dijo ella mirando a su amado que es su media naranja, no encuentra explicación a lo que está pasando. ―¿Pero por qué? ―Pregunta ella esperando a que Albern le diera una buena respuesta, ella jamás será como él. Él es un monstruo pero ella lo ama de verdad. Su corazón está triste y su corazón late sin parar. Ella ama ese cuerpo musculado y trabajado recordando todas las veces en que se habían acostado, por supuesto quiere seguir acostándose con él, la idea de pensar en que si lo acepta o no le hace acudir la cabeza. ―Tengo que aceptarte tal como eres para que te quedes conmigo. ―Susurró suavemente. Albern la escuchó y asintió, el sabe que ella está tratando de entender lo que está pasando, ahora que sabe este asombroso secreto que acaba de confesar frente a sus ojos. Agachó la cabeza esperando a que ella dijera algo, ella asintió para sí misma, pero se mantuvo en silencio. Entre pensamientos que aparecen quizás ahora no esté tan segura de aceptarlo, pero estaba aun menos segura en apartar a ese hombre, inclusive si encontrara a otra media naranja. ―¿Ahora que ya lo sabes seguirás amándome de verdad? ―Preguntó él y eso la obligó a la acción. Se acercó a él abrazándolo y apoyándose en su pecho. Sin darse cuenta gimió al sentir eso enormes brazos musculados abrazando su figura femenina. Ella siempre fue frágil pero jamás débil en comparación con él, Albern le dio un beso en la frente. Ella dejó de pensar en la idea de tomar una decisión, lo abrazó también sintiendo esa grande espalda. Michelle se acurrucó en su pecho, él al sentirla dio un gruñido junto con su respiración. Albern sabe muy bien lo que está pasando, al sentir los cálidos brazos de Michelle en su espalda hizo que él y su forma de bestia aparezca una furia desde su interior. Su fuerte estomago se endureció, ella se aferra contra él envolviéndose, se acercó para besarlo dulcemente pero a la vez con todas las dudas de no saber lo que va a pasar, fue una mezcla de miedo y pasión, Albern le correspondió el beso. Ambos se aferraron el uno contra el otro, sintiendo su calor, sus labios acariciaban los de ella. Su lengua le pidió permiso para entrar y ella lo permitió. Nunca lo ha negado por esos besos la derriten. Los gruñidos desaparecieron y fueron cambiados por gemidos, la sujetó por las caderas y su polla se endureció rozándola en su vulva. Ella espera que tome la decisión de dejarlo todo, espera que con el beso lo olvide todo. Él asintió como si entendiera el menaje de ella, ese mensaje silencioso que hay entre los dos.

Se formó un silencio, él no aguantó las ganas y le arrancó el vestido con todas sus fuerzas, no le importaba que pudiera romperle el vestido, su corazón late por preocupación y por excitación a mil por hora pero no le importa. Su cuerpo se abrió para él, los ojos de ella lo pedían a gritos, ella solo asiente con la cabeza diciéndole que continúe, con el vestido en el suelo, el observa con placer su lencería, la que le quita con delicadeza hasta dejarla desnuda. Quedaron los dos desnudos, estirados en el suelo con sus rodillas entrelazadas, los movimientos lo obligaron a que dejara su polla libre para ser estimulada, ella la frota de arriba hacia abajo, el mira sus senos y lleva sus labios para besarlos, le chupó el pezón y también con su lengua recorrió su aureola, sus dientes afilados rozan la piel y ella arquea su espalda y comienza a gemir. Ella se subió en él dejando sus nalgas a espaldas de él, el pene quedó entre sus nalgas, el arqueo de su espalda continúa, él comenzó a acariciar sus senos rogando por más con cada gemido y caricia. Albern está listo para darle todas sus fuerzas. Albern acaricio su vulva y pezones sintiendo que está lista para la acción. Michelle se dejó llevar por las caricias y la dura polla que está demasiado dura. Michelle se acomodó dejándola entrar toda hasta el fondo, llenándola en cada centímetro volviéndola completamente loca. Puede sentirlo presionándose contra ella para después volver a subir y después bajar, lo estaba follando lentamente al mismo tiempo que está tratando de calmar a esa bestia que había despertado. El gruñe de placer mientras le acaricia el cuello moviendo su cabello hacia el lado. Michelle se da la vuelta, al quedar frente ella ríe, él le responde con otra sonrisa, él quiere perderse con la sensación de que quiere alcanzarla con cada empuje. Ella no pudo evitar sujetarse sobre las piernas del hombre que ama y pudo escuchar sus gruñidos mezclados con gemidos. Es curioso para ella esa mezcla de sonidos, primera vez que los escucha. Michelle acaricia su fuerte pecho con sus manos, despues se apoyó para darse unos pequeños mordiscos, Albern intenta dejar los pensamientos que le invaden y le preocupan. Con sus fuertes brazos la tomó por las caderas, la subía y bajaba haciéndola gemir con cada roce llegado a lo más profundo y ella apretaba su interior para aprovechar cada parte de su miembro. Dejó que ella se moviera sin manos, sus fuertes manos acariciaban sus pechos y apretaban suavemente sus pezones, ambos se miran con deseo y con sonrisas. Albern la mira por completo. Michelle está encima de la bestia que ama, lo contempla, lo acaricia con sus uñas, sus finos dedos y sus palmas. Es en ese escultural cuerpo de su amado que la hace gemir y llorar, donde se siente cómoda y segura. Los movimientos son tan intensos que ella está a punto de correrse justo en ese momento él disminuyo la velocidad de la penetración evitando que ella eyaculara en ese instante. Él la apartó cuando sintió que el mismo se venía y también al escucharla a ella dando su gemido de orgasmo. Puede sentir todo el cuerpo de Michelle y el apretado y mojadísimo coño sobre la cabeza de su enorme pene. A Albern le encanta la mirada de ella antes del orgasmo pero es momento de no llegar al clímax aún, está la gran pregunta que se cierne sobre ellos. Se enojó a la vez de estar demasiado excitado y antes de eyacular. Ella lo nota excitada, asustada y con preocupación.

Pensando Michelle que la sesión acabado, Albern la vuelve a subir a sobre él, continuando con el orgasmo y los gemidos. Las uñas de Michelle se hundían sobre el duro pecho de Albern, el dolor se mezcla con el placer, su coño se vuelve a apretar para sentirlo con más ganas. Michelle puede ver la cara de excitación de Albern mientras que él la mira a ella con la misma cara y sus pechos saltando, Albern la sube y la levanta con más fuerza, los gemidos se convierten en gritos. Michelle siente los labios y la lengua de Albern besando y lamiendo sus pezones, ella se quedó saltando y moviéndose en circulo encima de su polla. Albern trató de calmar esa ansiedad de lo que podía pasar en el futuro porque sea como sea tiene que llegar la hora de aclarar muchas dudas, ninguno de los dos está preparado por si pasa algo que no quieren que ocurra. Michelle pareciera que estaba en trance porque arqueó tanto la espalda que llegó hasta el suelo, se levantó otra vez para que ella misma saltara sobre el enorme pene de Albern, haciéndola gemir de placer mientras sus pechos saltan sin parar. Michelle se fue sobre él a la vez que ella folla contra él, ambos se empujaban contra el otro. La sesión continúa como si no hubiese un mañana, apenas podían aguantar el correrse, ella sigue besándolo hacia su mandíbula, llego hasta su cuello, después a su pecho, Albern gimió cuando ella se acercó a su oreja para gemirle. Prontamente la dio vuelta de espaldas para seguir con el placer, nuevamente en celo hacia Michelle. No tiene ninguna intención en detener el ritmo del coito mientras la tiene sujetada de las manos, todos esos movimientos la sacan de su cuerpo, sus pechos se mueven hacia arriba y abajo con más fuerza. Su lado animal de oso estaba arañando el suelo, aunque su lado de humano quiere seguir su lado animal le pide detenerse. La tomó por la cintura para follársela más fuerte y con más ganas, lo hizo tan fuerte que por un momento se salió para luego entrarla otra vez. Albern cerró los ojos al volver entrar en ella mientras ella sentía un súper orgasmo, follándose a él mientras apretaba con más fuerza su coño alrededor de su pene. Albern no contuvo más y llegó al orgasmo junto con ella. Siente a Albern como la llena por completo, sentía la fuerza del fluido moviéndose en su interior, pensaba en eso antes de pensar en lo que vendrá en el futuro. Después del orgasmo terminaron jadeando. Albern la dejó suavemente a su lado, aun aturdidos por lo hecho, la polla de Albern comenzó a suavizarse. Albern la contemplo, estaba tirada en el suelo al lado de ella, esa belleza de mujer. Le dolió el corazón al darse cuenta de que las palabras que dijo son reales, pero ya estaba hecho y no hay vuelta atrás, ella lo ama a pesar de lo que le dijo. Michelle no está dispuesta a perder al hombre que la ama de verdad, con locura y pasión, que le había hecho sentir cosas que jamás imaginó, a sesiones donde la dejaba sin aliento o apenas podía ponerse de pie. Son emociones demasiado fuertes para ella, ningún hombre se las hizo sentir antes. Son emociones intensas, Michelle suspiró en el suelo con los ojos a medio cerrar mirando a Albern, dio una pequeña risa, para ella él es todo su mundo, su vida se detiene al estar con él, Albern espera que ella diga algo. Albern no aguantó más, al día siguiente celebrarán su aniversario, las palabras están retenidas en sus labios, salió de la habitación. Michelle está muda, sinceramente no le daban ganas de pronunciar ninguna palabra, quedó aturdida después de semejante sesión, su cuerpo está tirado en suelo y su corazón sigue latiendo con fuerza, no esperaba volver a sentirlo de nuevo. No esperó tener una sesión donde otra vez quedara sin aliento o tuviera demasiados orgasmos, o que Albern volviera con solo con los pantalones puestos y con una maleta de viaje, los primeros rayos del sol comienzan a salir.

Michelle apenas alcanzó a reaccionar cuando Albern la besó, solo entró en pánico. Fue un beso cálido, la acarició por todos lados pero a la vez fue triste. Albern la mirada con ojos de amor, se asustó pensando de pensar que ella pudiera decir algo y le puso su dedo índice en sus labios. ―Dímelo mañana, antes de salir a cenar o en las próximas horas, piénsalo, te lo suplico que lo pienses bien, ahora no te puedo escuchar, con mi ser tan cerca de ti, no en este momento con el miedo de que no nos volvamos a ver nunca más. ―Dijo ella en voz baja y rápidamente mientras sale del lugar, apenas puede caminar, sus piernas tiemblan después de tremenda sesión, agregando además un te amo en sus labios. Él nunca lo sabrá, ella espera que él vuelva. Siguió tembloroso camino hacia la habitación. Los pájaros cantan y la luz del sol entrando por la ventana, se fue a la cama, acomodándose entre las sabanas que compraron juntos en alguna tienda lujosa. Él la asusta y este secreto es sinónimo del fin, pero lo único que tiene claro es que lo ama y la conversación se acaba ahí. Albern se apuro antes de que ella alcanzara a hacer un comentario, se fue lo más rápido que pudo con un dolor en corazón y de piernas. Con lo único que puede soñar es con su amado que le hace el amor como nadie, con verdadera pasión y locura pero que también le tiene preocupada. Se quedó dormida con la mano entre las piernas, esperando su pronto retorno, para que la vuelva a llenar de felicidad, al mundo de sensaciones que le encanta tanto, donde le dice hermosa promesas de amor que cumplen. Michelle acarició su clítoris, deseando con pasión que él vuelva a estar dentro de ella, recuerda con excitación cuando el gran pene salía duro y goteando de su coño, recuerda como la dejo llena de su semen. Apagó la luz quedando la habitación a obscuras, se relajó y se quedó dormida. Era muy temprano al día siguiente, pensó que escuchaba la voz de su amado. Albern la miró con amor, se sentó al borde de la cama, le tomó la mano mientras ella dormía, con nerviosismo esperando a que se despertara. ―Disculpame, lo hice todo rápido. ―Dice él y ella asintió casi sin fuerzas, aun piensa que si todo se trataba de un extraño sueño. El dolor que siente entre sus piernas le indica que no fue un simple sueño. ―¿Entonces todo es cierto? ―Pregunta ella y no sabe qué más puede decir, sigue con la idea de que se trata del extraño sueño que parece muy real. ―Sí, así es. ―Esas fueron las palabras de Albern y eso fue todo, por cada instante que él no dijera nada más creía que le partiría el corazón en dos y su bestia interior deseaba desesperadamente salir y dar gruñidos. ―Si es así como dices te creo. ―Michelle sacó fuerzas para contestar con más ganas, lo miraba como se acomodaba en la cama. ―Te creo porque todavía te amo, ya verás como los amarás a todos, todavía no lo sé de verdad, mi vida sin ti está vacía, no quiero volver a vivir en ese mundo vacío otra vez.

―Las palabra de Albern son suaves, pero las dice muy convencido. Él sabe que está con su compañera amada. Él sabe que Michelle se quedará, para él lo más importante es saber el significado de cada palabra y por supuesto sabe que cada palabra que dice son ciertas. Ryn besó su frente, su mejilla y sus labios, este beso fue muy diferente al de la noche anterior, tenía más pasión, es más amable y más dulce. ―Gracias. ―Apenas habló debido al cansancio, todavía faltan horas para que recupere sus fuerzas. Albern sacude su cabeza mientras contempla a Michelle. ―Debería limpiarte. ―Comentó, ayudándola a salir de la cama, Michelle tropieza con cada paso que da hacia el baño. El vapor salía del agua y estaba llenando la habitación. El corazón de Michelle se aceleró por otro motivo. Ya nada puede separarlos, eso es lo que le dice su interior. Hay algo oculto que los mantiene unidos, aunque no sabe lo que es está agradecida. Ella no lo perderá porque aceptará todo. Al entrar en la ducha llena de vapor, Albern tomó el jabón enjuagándose las manos. Acercó a Michelle cerca de su pecho, mientras cae el agua él frota el torso sobre sus senos con sus fuertes manos, moviéndolos lo más suave posible sobre su delicada piel. Michelle no puedo evitar gemir en la forma en que él le frota los senos porque a ella siempre le ha encantado de esa forma, ella se arqueó rogando para que siga frotando sus senos. ―Albern. ―Susurró. Este hombre que ama no cambia, a pesar de conocer su nueva otra mitad. Podía sentir como ese oso salvaje arañaba desde adentro para salir y transformarse. Michelle se giró para mover sus nalgas contra él, la polla de Albern se endureció y palpitó al sentir la presión de las nalgas acercándose más. Michelle no pudo evitar sonreír de espaldas hacia él, se giro nuevamente llevando las manos de Albern hacia su espalda. ―Te mostraré cuanto te amo y te acepto tal cual eres. ―Dijo en voz baja bajando por las rodillas de Albern.

Él se quedó atento a cada palabra que dice mientras baja. Su polla quedó más dura al sentir las finas manos de Michelle que lo acariciaban, mirándolo con deseo. Sin demorarse Albern tomo su cabello para jalarla hacia y arriba y abajo sobe su enorme pene, haciéndola vomitar y gemir al respirar por la nariz. La llevó hacia la pared de azulejos blancos mientras el agua fluye por los dos. Con sus dedos estimuló el clítoris más rápido de lo normal. Se la folló tan rápido y fuerte como la sesión anterior acordándose que podía tomar sus dos personalidades. Con la punta de su polla llegaba hasta la garganta con cada embiste que le daba a su boca. La hace gemir y vomitar mientras las lagrimas caen por su cara. Él mismo se mueve hacia adentro y afuera, ella sigue masturbando su clítoris, llevándola casi hacia un orgasmo. Su gran polla continúa entrando y saliendo en su profunda garganta.

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