debeleer.com >>> chapter1.us
La dirección de nuestro sitio web ha cambiado. A pesar de los problemas que estamos viviendo, estamos aquí para ti. Puedes ser un socio en nuestra lucha apoyándonos.
Donar Ahora | Paypal


Como Puedo Descargar Libros Gratis Pdf?


Chocolate muffins – Pat Casala

DINAH ¡Qué frío! ¡Estoy congelada! Este diciembre está siendo lo peor. No recordaba temperaturas tan bajas en esta época desde hace años, pero es lo que hay, y no pienso quejarme. En diciembre todo es posible. Salgo de casa corriendo y me meto en el coche de Tina, mi compi en la universidad, mi antigua colega de trabajo en el diner, el Joe’s, y mi chófer particular desde que mi hermano Clark decidió que debía estudiar Administración de Empresas en la Universidad de Arkansas de Little Rock, a lo que acabé cediendo a pesar de nuestras discusiones constantes por culpa del dinero, el coste, nuestra situación… Si no llego a conseguir una beca de estudios gracias a mis altas calificaciones, jamás habría logrado acceder a algo así, pero también era importante colaborar en casa y conseguir que Clark no vaya siempre tan ahogado. Aunque si los planes de su novia prosperan, nuestra vida cambiará un montón. —¿Preparada para darlo todo en la fiesta de esta noche? —La efusividad de mi amiga me saluda cuando ocupo el asiento de la copiloto, y la calefacción me ayuda a entrar en calor—. Hoy pienso arrasar, ya te lo digo. ¡Me voy a ligar a Frank como me llamo Tina! —Lo consigues fijo —Sonrío con un poco de ansiedad—. No podrá resistirse. —¡Eh! —Enciende el aparato de música a toda potencia—. Se ha acabado ese victimismo con Jack. ¡Tía, supéralo de una vez y búscate a un maromo que te alegre el cuerpo! Sabes tan bien como yo que se merece una buena patada en el culo. ¡No puedes pasarte la vida esperándolo! Suspiro asintiendo y me giro para mirar por la ventana mientras mi mente perversa se adentra en una de esas espirales de pensamientos machacones que debo erradicar. Llevo desde niña enamorada de Jack, mi mejor amigo desde que tengo uso de razón. A veces intento discernir el momento exacto en el que me enamoré de él, pero no lo encuentro. Siempre lo he sentido así, hasta donde mis recuerdos son capaces de retroceder. Me basta una mirada suya para alegrarme el día. Pero me duele un montón que él todavía esté con ese rollo de que soy su chica y de que se casará conmigo algún día, pero que todavía necesita quemar muchos cartuchos antes de sentar la cabeza. ¡Llevo siglos esperando a que eso suceda! Sí, lo sé, es un cliché de narices, pero es lo que hay, porque él lo es todo para mí. ¡Todo! Hace unos meses estallé en una de las fiestas semanales en la antigua bolera, porque no aguantaba más que se tire a otras cada dos por tres. ¡Es que al final se me va a pasar el arroz! Mi reacción le sentó como una patada, y al día siguiente me abordó para contarme lo de siempre. Que me quiere un montón, que tenga paciencia, que todavía es pronto para comprometerse y bla, bla, bla. Pero ya tiene veinticinco años, y yo veinte. Y su postura es de lo más egoísta. Ese día decidí hacerle entender de una vez por todas que o se lanza o se acabó.


Incluso lo ataqué al mencionar mi intención de empezar a salir con chicos, y ahí fue donde se volvió vulnerable, porque le molestó la idea de que pierda la virginidad con cualquier otro tío. Entonces no dejó de parlotear acerca de la importancia de no precipitarme en cuestiones de sexo. Siempre le he prometido que lo esperaría, pero todo tiene un límite. Y esa conversación me sirvió para darle un giro enorme a mi comportamiento y percatarme de cómo ponerle celoso y hacerle explotar. Yendo hasta el final con otro tío. Así de simple. Él quiere salir con muchas, experimentar, buscar su placer antes de atarse para siempre. Y yo pienso actuar igual a partir de ahora. Porque si sigo esperando para regalarle mi primera vez, acabarán saliéndome telarañas mientras Jack acumula un montonazo de experiencia. Eso es tan injusto que le pondré remedio cuanto antes. Y mataré dos pájaros de un tiro. Además, me niego a ser una virgen inexperta cuando al final venga a mí. Prefiero tener al menos nociones básicas para estar un poco más a su altura. Ya no tiene sentido esa idea romántica de cuando era una cría, esa de no acercarme a otro hasta que él me bese y me desvirgue porque se ha dado cuenta de su amor por mí. Por eso me lie con Mason Sullivan en octubre. Mi intención era decirle adiós a la virginidad de una vez por todas y conseguir un curso acelerado de sexo para perderle el miedo mientras despertaba al ente celoso que mora dentro de Jack. Pero Mason Sullivan, por muy guapo que sea, me atraía cero. Era mirarlo y no sentir ni un poco de excitación. Y encima Jack siempre estaba merodeando cerca cuando quedábamos a solas, intimidándolo con la mirada y con comentarios nada sutiles. Mason era el primer chico al que me acercaba con ideas nada fraternales, y Jack lo llevó fatal. Pensaba que me sentía preparada para avanzar y dejar mi promesa atrás, pero hubo una falta total de atracción; la idea de besarlo o tocarlo en plan sexual no me interesaba en lo más mínimo, y luego estaba Jack con sus sermones diarios, su dolor en la mirada cuando le insinuaba mis intenciones… Así que la cosa quedó en nada. Algunas salidas, un toqueteo, un piquito y se acabó. No iba a regalarle mi primer beso de verdad a Mason, un tío que es todo físico y tiene el cerebro de un mosquito. Y menos cuando él parecía interesado en una relación a largo plazo. Además, salir con él fue suficiente para que Jack reaccionara por primera vez.

Sin embargo, estoy decidida a encontrar al adecuado y convencida de que hay un tío ahí fuera capaz de excitarme lo suficiente para llegar hasta el final y de que no sucumbiré ante la intimidación de mi amigo y futuro marido. Pensaba que el problema era este maldito pueblo. Little Falls es pequeño, y los chismes corren como la pólvora. Si me hubiera acostado con Mason, la rumorología me habría tachado de zorra para arriba, porque no me interesaba ni un poco como novio, solo como follamigo, algo a lo que él no parecía dispuesto. Y, claro, debo proteger mi reputación o mi vida será una mierda. Y eso pasaría con cualquier otro de los habituales en las fiestas… Pero hay algo más. Llevo desde octubre saliendo con tíos de mi universidad y no consigo llegar a la segunda cita, ni siquiera a un beso al terminar la primera. Y no lo entiendo. No he encontrado a ninguno que «me ponga» y lleve a mi cuerpo a sentir deseo. Estoy empezando a pensar que tengo una tara, ya que la frustrante realidad es que cada vez que me acerco a algún tío en busca de mambo, la maldita chispa no se enciende, como si mi capacidad de excitarme estuviera apagada o fuera de cobertura. Siempre acabo dejándolos tras una primera cita desastrosa, con excusas baratas y largándome a toda prisa, como si tuvieran la peste. ¡Maldito Jack! ¡Funciona como un jodido cinturón de castidad! Es ir a besar a un tío y pensar en él para desinflarme. Esa realidad me enfurece. Cuando una toma la determinación de perder la virginidad, es una mierda que su cerebro no colabore. O quizá es mi cuerpo el que no quiere… ¡Qué sé yo! ¿Tan malo es que quiera pasarlo bien con un tío sin compromiso? ¿Con alguien capaz de aguantar la presión si Jack ronda cerca? ¿Sin promesas de esas empalagosas, ni amor ni nada parecido? ¿Una relación física llena de morbo y que me enseñe latín? Si no hay amor y es desconocido en Little Falls, es más fácil, porque puedo ir a mi ritmo sin agobiarme y romper con él cuando me interese, sin dolor, ni rotura de corazón ni ninguna de esas mierdas. Chao, chao. Se acabó. Así, cuando Jack se dé cuenta de que me ha perdido, correrá a mis brazos y se dejará de tonterías con las demás. Aunque hay una vocecita interna que me susurra con demasiada insistencia que quizá la idea de tirarme a un desconocido es la peor de la historia de las ideas. Pero me da igual. Voy en serio, conseguiré acostarme con un tío. ¡A la mierda Jack y sus líos! Mi cuerpo necesita un meneo a lo grande, y más cuando veo el percal casi a diario. Seguro que un día aparece uno que funde mis neuronas y logra agitar las hormonas de mi cuerpo. No puedo ser frígida, ¿verdad? Porque con Jack tampoco me excito de esa manera, solo siento confianza, cariño… ¡Amor! Ahora por fin tengo un propósito real en la vida para enderezar mi futuro, algo que puede ser mío, un proyecto hiperinteresante en el que volcar toda mi energía: reabrir The Fall. Es mi sueño desde hace tanto tiempo que ni recuerdo cómo empezó.

Pero nada ha conseguido enturbiar esa ilusión, ni siquiera lo sucedido en esa bolera once años atrás… Y no será Jack con su aversión al compromiso quien me joda la felicidad actual, así que voy a seguir buscando a mi presa hasta que mi cabeza sucumba a la idea de llegar hasta el final con un tío. Nos desviamos de la carretera por un camino de arena que se interna en la naturaleza, justo tras el poste en lamentable estado de descomposición donde se puede leer: «Bienvenido a The Fall, la bolera de Little Falls, un lugar paradisíaco». Debajo de las letras hay una ilustración de unas cataratas con gente bañándose y riendo. Cuando empecemos con el proyecto de remodelación este letrero brillará con fuerza, ya te digo. Mientras avanzamos por el sendero, me fijo en los árboles y arbustos que nos rodean. Son densos, como si nos internáramos en una selva. No tardamos demasiado en llegar a un gran descampado donde hay varios coches aparcados sin ningún orden, frente a un edificio de piedra enorme, con varias muestras de plantas invadiendo la fachada, con lo que se intuye que era un jardín donde todavía hay algunas mesas y sillas de madera tipo pícnic. En ellas se sientan algunos grupos de personas a las que conozco de toda la vida. Hay velas encendidas por todas partes y algunos quinqués colocados en lugares estratégicos. Fue idea mía iluminarlo así, y me encanta. Entro en la bolera acompañada de Tina, quien no deja de parlotear acerca de sus planes para esta noche. Lleva tantos meses detrás de Frank que espero que logre por fin atraer su atención. En el descansillo de la entrada hay una hucha donde todos los asistentes introducimos un dólar para contribuir a la compra de menaje, hielo, velas y esas cosas. Otra de las normas es que cada uno de nosotros traiga una botella de alcohol, una de dos litros de refresco, algunas gominolas y algo para comer.

.

Declaración Obligatoria: Como sabe, hacemos todo lo posible para compartir un archivo de decenas de miles de libros con usted de forma gratuita. Sin embargo, debido a los recientes aumentos de precios, tenemos dificultades para pagar a nuestros proveedores de servicios y editores. Creemos sinceramente que el mundo será más habitable gracias a quienes leen libros y queremos que este servicio gratuito continúe. Si piensas como nosotros, haz una pequeña donación a la familia "BOOKPDF.ORG". Gracias por adelantado.
Qries

Descargar PDF

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

bookpdf.org | Cuál es mi IP Pública | Free Books PDF | PDF Kitap İndir | Telecharger Livre Gratuit PDF | PDF Kostenlose eBooks | Baixar Livros Grátis em PDF |