debeleer.com >>> chapter1.us
La dirección de nuestro sitio web ha cambiado. A pesar de los problemas que estamos viviendo, estamos aquí para ti. Puedes ser un socio en nuestra lucha apoyándonos.
Donar Ahora | Paypal


Como Puedo Descargar Libros Gratis Pdf?


Babi y yo – Federico Moccia

Fluir. Sonriendo, fluir. Seguir adelante. Cada instante de mi vida parece no significar nada sin ti. Cuántas veces me he puesto a pensar en ello, a infundirme valor, a reír, a bromear, a fingir que lo que me estaba contando esa persona inútil que tenía delante era sin duda lo más divertido que oía en años. Mentir. Mentir para seguir adelante, para intentar ahuyentar ese pensamiento, para no encontrarme de repente, sin darme cuenta, de nuevo entre tus brazos, en ese recuerdo. Y, sin embargo, como una señal del destino, ponen en la radio una vieja canción. Orgoglio e dignità, de Lucio Battisti. «Senza te, senza più radici ormai, tanti giorni in tasca tutti lì da spendere…». («Sin ti, ya sin raíces, con todos esos días en el bolsillo para gastar…»). Ese miedo que precede a la aventura. Sintiendo cansancio y apatía. Sonrío mientras avanzo, me siento como un saco vacío, como una cosa abandonada. Cosa puede parecer un término equivocado, pero ¡en estas circunstancias es perfecto! Sin amor somos cosas abandonadas. Y en un instante revivo la primera vez que te vi, esa extraña sensación, ese estremecimiento repentino que sin ninguna razón recorrió mi alma, esa sacudida que por un momento detuvo mi corazón. Aquí estás… Aquella mañana estaba sentado con Pollo, bromeando, riendo, cuando llegaste tú. Y fue como si ya supiera que ese día iba a ser especial. Cuando nos encontramos en el semáforo, cuando te miré con más atención, cuando te vi en silencio, todavía con la calidez de la noche recién terminada. Tranquila, con los ojos cerrados escuchabas aquella canción y estabas enredada en quién sabe qué pensamientos. «Eh…». Y entonces te volviste, una mirada, tú y yo, viento en el viento de aquella mañana. Desde ese momento mi vida iba a ser distinta. Y nadie puede imaginarse cuánto… Y a partir de ese momento, por mucho que no se le quiera dar importancia, nada volvió a ser como antes. Así es, debo decir que en todo este tiempo he tenido ocasión de reflexionar a menudo sobre cómo fueron las cosas entre Babi y yo y he llegado a una especie de teoría que podría llamar la deriva de los enamorados.


Yo creo que cuando dos personas se encuentran, aunque solo sea con la mirada como nos ocurrió a nosotros aquella mañana, inevitablemente el rumbo de sus vidas toma una especie de nueva dirección, es como si algo hubiera cambiado y desde ese momento ya nada volviera a ser igual. Y se puede hablar largo y tendido sobre el destino, entretenerse echándole la culpa o el mérito a él, pero yo creo que de alguna manera, según esta teoría de la deriva de los enamorados, el destino o, mejor dicho, ese encuentro lo único que ha hecho es darte una oportunidad, te ha mostrado algo, te ha dejado ver por un instante lo distinta que podría ser tu vida. Pero llegado a ese punto tú eres quien decide de verdad qué quiere hacer. Aunque a veces también es una cuestión de tiempo. Y aquí es donde entra en juego mi segunda teoría: La teoría del beso sincronizado, es decir, si el tiempo coincide, si el ritmo del compás está en sintonía, si los deseos están sincronizados, si es el momento de un cambio común para esas dos personas; en resumen, si los dos van en busca de esa misma felicidad… Y entonces se me ocurre preguntarme: ¿Y si apareciera alguien y nada más conocernos me dijera: «Eh, tú, sí, tú, ven aquí, ven, siéntate un momento…», y me hiciera sentar en una bonita butaca en el centro de un elegante salón? «Eso es, por favor, ¿quieres tomar algo?». Y me trajera una cerveza bien fría y luego hiciera aparecer una pantalla y me dijera: «Mira…». Y empezaran a proyectarse uno tras otro los días que pasamos juntos, cada instante, el primer beso, la primera discusión, el paseo en moto, aquella noche en la playa de Feniglia, la primera vez que te tuve entre mis brazos, la primera vez que hicimos el amor y luego todas las veces que tuvimos sexo, que en realidad quizá coincidieran… Cuando te vi convertirte en una mujer, cuando cambiaste de repente, maliciosa, seductora, divertida, con esas extrañas ideas que de vez en cuando se te ocurrían y esas fantasías tuyas sobre el sexo que me dejaban impresionado. Verte florecer así entre mis dedos, «Ah donna tu sei mia e quando dico mia, dico che non vai più via, è meglio che rimani qui a far l’amore insieme a me…». («Tú eres mía, mujer, y cuando digo mía, digo que ya no te vas, es mejor que te quedes aquí a hacer el amor conmigo…»). Y, sin embargo, te fuiste. Y después de ver ese vídeo aparece una mujer, se sienta frente a mí, me sonríe y a continuación simplemente me pregunta: «¿Y bien? Si hubieras sabido antes todo lo que sabes ahora, ¿qué me dirías? ¿Volverías a vivir esta historia de amor de todos modos?». Y yo le sonrío y no lo dudo, ni tan solo vacilo un segundo, en absoluto, y casi tengo la impresión de estar en el altar cuando se formula esa pregunta que parece casi una acusación y a la que se responde «Sí, quiero». Quiero. Lo deseo con todas mis fuerzas. Inamovible, decidido, con determinación, sí, lo deseo. Aunque cuántas veces nos hubiera gustado decir lo contrario en nuestra vida, cuántas veces nos hubiera gustado que no fuera así como de repente van las cosas… Como una vida a la deriva, una vida sin timón, una vida arrastrada por la corriente de otras personas y no por nuestro desesperado y atormentado deseo. Me habría gustado vivir de todos modos lo que fue, pero me habría gustado que no hubiera terminado así. Me habría gustado que el tiempo se hubiera detenido en uno de nuestros momentos de felicidad, todos esos instantes que ahora, uno tras otro, me vienen a la cabeza y me sumergen y me arrollan con la fuerza de un sentimiento que no pensaba que pudiera existir… Nuestras huidas, el tiempo pasado entre tus brazos, cada uno de tus simples besos con sabor a infinito… Y esas noches, cuando nos escapábamos y nos íbamos a bañar a escondidas a la piscina. Estábamos solos tú y yo…

.

Declaración Obligatoria: Como sabe, hacemos todo lo posible para compartir un archivo de decenas de miles de libros con usted de forma gratuita. Sin embargo, debido a los recientes aumentos de precios, tenemos dificultades para pagar a nuestros proveedores de servicios y editores. Creemos sinceramente que el mundo será más habitable gracias a quienes leen libros y queremos que este servicio gratuito continúe. Si piensas como nosotros, haz una pequeña donación a la familia "BOOKPDF.ORG". Gracias por adelantado.
Qries

Descargar PDF

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

bookpdf.org | Cuál es mi IP Pública | Free Books PDF | PDF Kitap İndir | Telecharger Livre Gratuit PDF | PDF Kostenlose eBooks | Baixar Livros Grátis em PDF |