debeleer.com >>> chapter1.us
La dirección de nuestro sitio web ha cambiado. A pesar de los problemas que estamos viviendo, estamos aquí para ti. Puedes ser un socio en nuestra lucha apoyándonos.
Donar Ahora | Paypal


Como Puedo Descargar Libros Gratis Pdf?


Animales domésticos – Teresa Viejo

La moqueta amortigua el sonido de mis tacones al avanzar por el corredor. Una pena porque me gusta su tac-tactac. Me infunde poder. Si no pisara en blando resonarían con un ritmo ligeramente obstinado. Habitación 5942. No he encontrado una regla para memorizar el número antes de salir del coche y lo he apuntado con lápiz de ojos en el dorso de la mano. A lo mejor mi inconsciente quería olvidarlo, vete a saber. «La puerta estará entreabierta. No llames.» ¿Ves? De esto sí me acuerdo, no en vano tengo una memoria semántica gracias a la que, evocando una palabra, a veces incluso un olor, puedo recrear al detalle una situación vivida tiempo atrás. Las frases se me dan bastante bien —a casi todas las mujeres—, en especial las que al oírlas escuecen como si vertieras sal sobre una herida abierta. Enseguida encuentro la puerta. Se sitúa a pocos metros de la salida del ascensor. Podría darme la vuelta, porque creo que no me ha oído llegar, pero no. Mi instinto animal me anima a seguir. No obstante, parece inevitable preguntarse qué me ha traído hasta aquí, y la mezcla de sensaciones que desata la duda corta el aliento. No sé por qué ahora pienso en ella, incluso antes que en ti. Será porque está muerta y nadie puede caminar ligero si arrastra un cadáver sobre sus espaldas. Será porque la conciencia representa un lastre demasiado pesado. Desde hace días recuerdo de forma obsesiva cuando me aseguras que tengo una parte oscura que no sabes cómo gestionar y, detrás de esta confesión, sospecho tu miedo a mirar al monstruo a los ojos tal y como deben de medir el peligro los valientes. Yo lo soy, tú eres el miedo que me ha henchido de valor, porque hay que tenerlo para empujar esta puerta ignorando lo que me aguarda al otro lado. Lo hago, y acto seguido desemboco en una habituación decorada en tonos grises donde luce una única lámpara en un espacio en penumbra. Al fondo destaca un ventanal, a través de cuya persiana se filtran tenues hilos de luz horizontales. Junto a ella un hombre trajeado se gira hacia mí. Durante unos segundos interminables medimos nuestras respiraciones en silencio.


Supongo que dará vueltas a lo mismo que yo, ¿quién de los dos tomará la iniciativa? —¿En qué pensabas mientras venías? — arranca él. Lo primero que me sorprende es su tono de voz. Su envergadura física no armoniza con semejante timbre adolescente. Lo segundo, su rapidez al escupir las sílabas como los humos de un tubo de escape defectuoso. —Una pregunta imprecisa —apunto por decir algo, eso sí esforzándome en dotar de gravedad la frase. —¿El último pensamiento? —también es ágil razonando. —Has consumido tu turno. Me toca a mí. ¿Por qué lo haces? —¿Por qué lo hago? —repite histriónico —. Las mujeres sois unas curiosas impenitentes. ¿Y si respondo que porque me da la gana? Me aburre lo vulgar. ¿Y tú? —O me equivoco o me da la sensación de que estamos compitiendo. —¿Cuándo no competimos los hombres y las mujeres? —A continuación avanza un paso y suelta a bocajarro—: ¿Llevas sujetador? Me gustan las tías que no lo usan porque se rebelan contra él; en cambio, aborrezco a las que no se lo ponen por simple dejadez. Soy incapaz de responder. No sé qué espera de mí, si que me muestre más ingeniosa que él o que sea yo quien empiece el juego de una vez. Además detecto en su forma de hablar una agresividad latente que me arroja a la intemperie. Nada resulta como lo había planeado. —Estás a contraluz, no te veo. — Necesito saber cómo es. —Y tú en sombra. Lo dejamos en tablas.

.

Declaración Obligatoria: Como sabe, hacemos todo lo posible para compartir un archivo de decenas de miles de libros con usted de forma gratuita. Sin embargo, debido a los recientes aumentos de precios, tenemos dificultades para pagar a nuestros proveedores de servicios y editores. Creemos sinceramente que el mundo será más habitable gracias a quienes leen libros y queremos que este servicio gratuito continúe. Si piensas como nosotros, haz una pequeña donación a la familia "BOOKPDF.ORG". Gracias por adelantado.
Qries

Descargar PDF

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

bookpdf.org | Cuál es mi IP Pública | Free Books PDF | PDF Kitap İndir | Telecharger Livre Gratuit PDF | PDF Kostenlose eBooks | Baixar Livros Grátis em PDF |