La vida de Julio César es una de las más brillantes de la historia: fue victorioso general, sagaz político, envidiado amante de Cleopatra, ilustre escritor, inventor de nuestro calendario… Pocos hombre han dejado un recuerdo más profundo en la historia universal. El episodio de su asesinato, genialmente dramatizado en una tragedia de Shakespeare, ha contribuido a hacer de él una figura de excepcional relieve.
Vamos a recorrer la vida de Julio César, el victorioso general, el sagaz político, el ilustre escritor, el envidiado amante de Cleopatra, el inventor de nuestro calendario. Si exceptuamos a los grandes líderes religiosos (Jesucristo, Mahoma y Buda), Julio César constituye, probablemente, la figura más relevante de la historia universal. Su nombre designa todavía el mes en que nació: julio. Su famoso apellido es, en varios idiomas, sinónimo de gobernante supremo: el césar latino, el zar ruso, el kaiser alemán, el qaysar islámico. La palabra cesarismo (inseparable de su oscuro envés, despotismo) se ha incorporado al diccionario para designar el gobierno personal y absoluto ejercido por un gran hombre…
Se comprende que el lector esté impaciente por entrar en materia, pero el cabal entendimiento de las páginas que siguen requiere que previamente refresquemos nuestra memoria con algunos datos sobre Roma y los romanos.
Los romanos creían que su ciudad gozaba de la protección de Marte, el dios de la guerra y de la conquista, y de Venus, la diosa de la felicidad, de la fecundidad y de la vida. La historia mítica que aprendían desde niños corroboraba tan ilustre ascendencia. Cualquier escolar romano sabía que cuando los griegos destruyeron la ciudad de Troya, uno de los troyanos fugitivos, el príncipe Eneas, hijo de la diosa Venus, anduvo vagando por el Mediterráneo hasta que decidió establecerse en Italia. Allí se casó con la hija de un reyezuelo local y tuvo un hijo que fundó la ciudad de Alba Longa. Los descendientes de Eneas reinaron pacíficamente sobre Alba Longa hasta que uno de ellos, el bondadoso rey Numitor, fue destronado por su malvado hermano, un tal Amulio. Aquí es donde interviene Marte, el dios de la guerra, que se prenda de la princesa Rea Silvia, hija del destronado, y la deja preñada a la primera. A su debido tiempo Rea Silvia dio a luz dos robustos gemelos, Rómulo y Remo.