debeleer.com >>> chapter1.us
La dirección de nuestro sitio web ha cambiado. A pesar de los problemas que estamos viviendo, estamos aquí para ti. Puedes ser un socio en nuestra lucha apoyándonos.
Donar Ahora | Paypal


Como Puedo Descargar Libros Gratis Pdf?


40 Libros Que Adoro – Flavia Pittella

Comienzo a escribir este libro a la vez que me pregunto cómo hacerlo. Supongo que tal vez pueda ser interesante dejar por escrito las primeras impresiones e ir contando el proceso de selección y los infinitos recovecos que encuentro al intentar el desafío de recomendar libros a lectores que no conozco personalmente. Hay ya varios libros sobre libros publicados. Esta última frase me genera una pregunta que seguramente ustedes también se estén haciendo: ¿por qué uno más? La respuesta es compleja, pero me quedo con la más sencilla y menos política de todas, la personal, que tiene que ver con querer dejar un registro de mi paso por la radio y otros medios a medida que fui recomendando libros y conectándome con lectores. He leído muchos libros sobre libros, diversos entre sí y todos magníficos. Les recomiendo, por ejemplo, Lecturas sobre la lectura de Alberto Manguel e Informes de lectura de Balzen, delicioso tratado sobre la literatura y una puerta enorme a las formas que tienen las editoriales de cazar talentos. Otra delicia imprescindible es el libro Subrayados de María Moreno. Nadie como ella para adentrarnos en el mundo de las palabras y sus recovecos, sus literalidades. Adoro leer a Moreno. Y bien, uno de los objetivos de este libro es el de abarcar la mayor cantidad de lugares del mundo en los que haya autores a los que nos sea posible acceder por medio de la traducción. Con las comunicaciones tan abiertas y complejas de la actualidad, un simple recorrido por Internet basta para poder dar cuenta de lo que sucede en casi todos los aspectos culturales de cualquier rincón del mundo, y los libros no son una excepción. Miles de libros se publican anualmente, incluso en países con baja densidad poblacional; la producción literaria suele ser el marcador cultural más aceptado, más difundido. Se publican libros en idiomas desconocidos para casi todos nosotros, con temáticas tan variadas como universales. Leer libros de otros lugares suele ser una excursión a lo diferente, a lo lejano, a la vez que espejos en los que mirar nuestra propia humanidad. Los puntos que unen —más que los que separan— son los que arman una fotografía, una imagen distintiva y cercana a la vez. Sin embargo, decir que este libro trata sobre libros de todo el mundo es falso o, por lo menos, pretencioso. Por varias razones: la primera es que no conozco toda la literatura mundial. Además, es imposible en términos físicos y temporales: no alcanzaría la vida para hacerlo. Por otro lado, hay impedimentos que tienen que ver con la disponibilidad, la difusión, la distribución y, sobre todo, la traducción. Aquí, en las manos del traductor, me quiero detener. Quiero recordarte que cada vez que leés a Paul Auster o Jane Austen, a Houllebeq o Dostoievski, al Dante o a Rowling, a Stephen King o Murakami, a Baricco o Coelho, lo hacés porque hubo un traductor que medió entre el autor y vos. Buscá su nombre, recordalo, recomendá su traducción si fue buena; dale autoría. Hay editoriales enormes —multinacionales— que marcan la agenda de lecturas en los mercados literarios. Hay editoriales medianas que buscan autores y crean sus propios espacios de difusión; editoriales que reconocen la labor de los traductores, otras que ni los mencionan. Las hay pequeñas e incipientes, que buscan nichos; arman mercados paralelos en los que posicionar sus obras, ferias alternativas, congresos, blogs, presentaciones de libros.


En estos últimos años aprendí que el negocio de los libros y su posible éxito de ventas es un tema que quita el sueño a editores y autores y que solo se define con la lectura de los libros. Que un libro se venda no quiere decir necesariamente que el libro se lea. El mercado, los premios y la posibilidad de distribución muchas veces marcan la agenda de lo que leemos o, mejor dicho, de lo que llega a nuestras manos. Lamentablemente, muy a menudo me encuentro con textos dignos, bien escritos, con ideas geniales e historias apasionantes publicados por el mismo autor, que ahorró mucho para llegar a esas mil copias que luego distribuye de manera imposible, costosa, incompleta, mientras sus libros aguardan ser leídos en el living de una casa. Los premios también marcan la agenda e implican un desafío. Cada nuevo Nobel es traducido, publicado, reseñado con esmero en todos los países del mundo, en eso podemos estar de acuerdo. Ahora bien, dale una leída a la lista de premios Nobel de literatura y marcá los nombres de los autores que hayas leído o sentido nombrar alguna vez. Te vas a sorprender. La academia decide por nosotros, los lectores, también. Esta es un arma de doble filo: el canon se construye desde arriba, pero se lee desde abajo. Lo crean las editoriales y las academias, pero somos nosotros, los lectores, los que mantenemos viva la llama de un texto. La duda es siempre si un texto es canónico porque lo impone una superioridad intelectual o si lo es porque, a pesar del paso del tiempo, seguimos leyendo algo en ese texto que nos convoca. Siempre me pregunto cuántos premios internacionales debe haber en todos los textos apilados en livings imposibles que podrían haber formado parte del canon. Uno de los libros más interesantes que he leído es El vértigo de las listas de Umberto Eco. Este autor italiano es tan buen ensayista y creador de ideas que muchas veces lo prefiero por sobre su maestría como escritor de ficción. Eco plantea la necesidad intrínsecamente humana de catalogar, de hacer listas, de enumerar. Y uno de los puntos más interesantes de su planteo es que las listas se definen principalmente por lo que omiten. Y bien, en este libro hay omisiones enormes, como es de esperarse. Quiero contarles algunas. Decidí obviar a los clásicos, ya hay mucho y muy bueno escrito sobre ellos. Pero seguramente los nombraremos en relación a su influencia sobre los nuevos textos. En algunos casos, hablaremos de libros y, en otros, de autores. Hay autores de un solo libro, cuyo aporte es tan valioso que bien vale la pena nombrarlos. Hay, por otro lado, autores contundentes, potentes, cuya producción es vasta y merece ser reseñada. En algunos casos, aparecerán autores consagrados; en otros, autores que inician su camino.

En esto segundo radica mi adrenalina: poner en un libro sobre libros autores que están naciendo al mundo de los libros, sin la prueba contundente del paso del tiempo. Hablaremos mucho de intertextualidades. Muchos de los libros que comento están unidos por un lazo invisible de contrariedad, oposición, homenaje o continuación. Y eso, cuando lo ves, nutre las lecturas y les da un sentido de universalidad y atemporalidad que muchas veces ayuda a comprender el lienzo en su totalidad. Hablaremos también de literatura de diásporas. El siglo XX ha sido el siglo de las migraciones y, como tal, influyó en la producción literaria que se complejizó al contar con autores que, lejos de sus lugares de origen, han sabido dar cuenta de su identidad, contestado y reformulado sus culturas en la luz de las nuevas, las culturas a las que tuvieron que adaptarse. Esta es, tal vez, la marca más distintiva de la literatura universal del siglo XX. Dejo afuera géneros que son muy caros a mi corazón: la poesía, mi gran pasión, el ensayo y el teatro. Haré referencias seguramente a alguno de ellos, pero exceden la posibilidad de un solo libro. Así que aquí me concentré en novelas, cuentos y crónicas. Este es un libro escrito por una lectora, para lectores. Y son solamente cuarenta libros. No puedo explicarles la lista enorme que queda afuera de autores argentinos increíbles que estoy leyendo en estos días, publicaciones de preciosas editoriales nuevas que están surgiendo con gran calidad de literatura. Pilas y pilas de libros en mi escritorio me miran con enojo, y tienen razón… Por último, no esperen encontrar grandilocuencias académicas o tratados sobre el canon literario o la literatura con mayúsculas. Nada de lo que se dice aquí es una verdad absoluta, sino sencillamente comparto mis percepciones, mis conclusiones subjetivas; el resultado de mis lecturas, algunos de los libros que componen mi biblioteca más querida. Omití hablar de Shakespeare —o casi— y es la omisión más grande de todas, pero como en el caso de todos los grandes, ya los que saben han escrito mucho sobre él. Este libro es una invitación a tomarnos de la mano y caminar juntos por un mundo de libros posibles, para que puedas encontrar tus propios destinos como lector. Y, sobre todo, es una invitación a completar la lista con aquellos libros que seguramente vos leíste y yo no. Achebe, Chinua Apocalipsis de un imperio que se desmorona Existe un concepto en literatura llamado «intertextualidad» que, a grandes rasgos, se refiere a la idea de tomar un texto, generalmente canónico, conocido, clásico, y, de alguna manera, «reescribirlo», contestarle. Hay muchos casos de novelas del siglo XX que han tomado esta forma. Generalmente estas reescrituras son realizadas por autores de la llamada «periferia», ex colonias o países del tercer mundo que han recibido como educación y formación literaria estos textos canónicos. Estas novelas pueden leerse con independencia del texto al que están respondiendo —de hecho, muchas veces leemos nuevas versiones de historias clásicas que no conocemos en sus versiones originales y, por lo tanto, no las reconocemos como sustrato—, de ahí que no sea necesario haber leído el libro sobre el cual este nuevo texto basa, en cierta medida, su historia. En estas páginas, encontrarán varias novelas que recurren a esta estrategia, ya que, para mi gusto, es una forma muy interesante de darle sentido local a los textos que pertenecen a otras culturas, a otros tiempos. Al reescribir un clásico, lo actualizamos, lo acercamos y le damos nuestra propia significación. Ahora quiero referirme a una novela que fue una de las pioneras del género y que, por su calidad literaria, puso a este autor nigeriano en el mapa de la literatura mundial.

La novela se llama Todo se desmorona y su autor es Chinua Achebe. Muchos de ustedes habrán visto la película Apocalipsis Now de Francis Ford Coppola, en la que el alcoholizado Willard, representado por Martin Sheen, va en la búsqueda de Kurtz (representado por el genial Marlon Brando, que aparece solamente cinco minutos para inundar la pantalla para siempre). Kurtz es un capitán que ha perdido la cordura en plena guerra de Vietnam y está parapetado en el impenetrable selvático, adorado por los indios y totalmente convencido en su locura de que está peleando su propia guerra. A Williard se le ha asignado «rescatarlo». Y así, a medida que Williard entra en la selva y el espacio se vuelve cada vez más y más ajeno a su entorno conocido, va encontrándose con diferentes personajes que están tan o más locos que el pobre Kurtz; todos enajenados, tratando de sobrevivir en un espacio geográfico que no conocen, en una cultura que les es ajena y a la que no intentan comprender sino simplemente aniquilar. Lo que deviene, como bien lo describe Kurtz, es «el horror, el horror, el horror…» Muy pocos saben, aunque aparece al principio de la película, que Apocalipsis Now está basada en un clásico de la literatura inglesa: El corazón de las tinieblas de Joseph Conrad, el relato autobiográfico de los viajes de Conrad por África, en particular por el Congo belga, como emisario del Imperio Británico. Esta novela debería llamarse en castellano «El corazón de la oscuridad» ya que darkness («oscuridad» en inglés) es la manera en que se refería el imperio a los lugares colonizados: «los lugares oscuros». Conrad viaja al corazón de los lugares oscuros y su crónica deviene en un tratado sobre la alienación, la oscuridad de las ideas y las dudas sobre el imperio. Hay algo, o mucho, de imperialista en la forma en la que Conrad describe a los nativos: los retrata como personas simples, con un lenguaje básico, con estructuras sociales arcaicas, sin historia —ya que la trasmisión de la cultura es oral—; los presenta casi como animales. Y no es un detalle menor que sepamos que Conrad era polaco y que había aprendido a escribir en inglés a los veintiún años. Sin embargo, el viaje al Congo cambia radicalmente la manera en que Conrad ve a las colonias y realiza una crítica feroz del modo en que estos nativos son tratados. A partir de la independencia de las colonias africanas y desde que muchos escritores comienzan a escribir su versión de la colonia desde el corazón de los nativos, El corazón de las tinieblas de Conrad fue leído en clave colonialista y considerada más que una crítica al imperialismo, un tratado sobre la superioridad europea. Aquí ingresa Chinua Achebe. Achebe escribe Todo se desmorona en 1958. Toma la frase de un poema del autor inglés Yeats, llamado «La segunda venida» que, con semejante título, adivinarán que es un poema bastante apocalíptico… Y bien, Achebe escribe en inglés como Conrad, aunque tampoco es su lengua madre, y le pone un título que proviene de un poeta inglés: toma la colonia, lo recibido, lo impuesto y lo resignifica. Y le cuenta a Conrad que su mirada de los indios es, como mínimo, simplista y, por ende, bastante violenta. Todo se desmorona cuenta la historia de Okonkwo, un miembro respetable de una tribu nigeriana llamada Umuofia, del clan Ibo. Conocemos, a partir de la vida de este hombre, mucho de la complejidad de la cultura ancestral que yace detrás de cada una de las decisiones que los miembros de la tribu toman; el concepto de pertenencia, de propiedad; los castigos impuestos frente a la desobediencia de criterios basados en valores de gran importancia como la familia o el respeto a la verdad. Los habitantes de Umuofia hablan un lenguaje complejo que el autor se encarga de incorporar al texto y que, para comprenderlo, muchas veces hay que consultar el glosario que se incluye al final del libro. Este efecto político que incorpora Achebe le contesta a Conrad acerca de la «simplicidad» del lenguaje que él cree reconocer en los nativos. Esta novela, en la que la vida de Okonkwo se viene abajo a partir de un castigo comunal y el exilio, culmina con la desgracia de la invasión de los blancos, el intento de evangelización y la violencia que esto produce en el corazón de Okonkwo, que verá destruidas sus creencias, su historia y su cultura. Todo se desmorona es una novela para pensar acerca de la diversidad y de quienes creen tener la verdad o la razón sobre cómo se debe vivir. Conrad tuvo un atisbo de este error en el Congo. Coppola intentó relatarlo desde el horror que le provocó Vietnam, pero ninguno lo entendió como Achebe, que los cuenta en su idioma, para que la dimensión sea la completa, la que se ve solo desde adentro. Achebe, Chinua, Todo se desmorona (trad.

J. M. Álvarez Flores), Buenos Aires, Debolsillo, 2010.

.

Declaración Obligatoria: Como sabe, hacemos todo lo posible para compartir un archivo de decenas de miles de libros con usted de forma gratuita. Sin embargo, debido a los recientes aumentos de precios, tenemos dificultades para pagar a nuestros proveedores de servicios y editores. Creemos sinceramente que el mundo será más habitable gracias a quienes leen libros y queremos que este servicio gratuito continúe. Si piensas como nosotros, haz una pequeña donación a la familia "BOOKPDF.ORG". Gracias por adelantado.
Qries

Descargar PDF

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

bookpdf.org | Cuál es mi IP Pública | Free Books PDF | PDF Kitap İndir | Telecharger Livre Gratuit PDF | PDF Kostenlose eBooks | Baixar Livros Grátis em PDF |